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noviembre 23, 2024

Cancún

‘Apalean’ en redes al senador de EUA Ted Cruz por su viaje a Cancún

¿Ha dinamitado Ted Cruz sus opciones para ser presidente de Estados Unidos? Hasta esta semana, este senador de Texas era uno de los más firmes candidatos a heredar el trumpismo. Rafael Eduardo Cruz, nacido en Canadá hace 50 años –aunque se cambió el nombre por el de Ted y no quiere que le recuerden que su familia es cubana, al contrario que otro aspirante a la Casa Blanca, Marco Rubio–, evangélico, y de bien probada ambición, estaba en el camino a la presidencia hasta que llegó la nieve y la sensación térmica en ciudades como Houston cayó a 17 bajo cero.

 

Con la nieve, el suministro eléctrico en Texas se colapsó. El gas se congeló en los oleoductos. Las refinerías dejaron de funcionar. Los pozos de petróleo han sufrido daños, algunos irreparables. El suministro de agua se interrumpió. Y Cruz, su esposa, Heidi –que trabaja en el banco de inversión Goldman Sachs– y sus dos hijas se fueron a la soleada Cancún en la Riviera Maya, mientras sus votantes, literalmente, se congelaban.

 

Y a los votantes no les gustó que Cruz hiciera declaraciones sobre la ola de frío ártico a 29 grados el martes, recién llegado al aeropuerto de Cancún, rumbo al Hotel Ritz-Carlton de ese centro de vacaciones. A medida que la noticia de la escapada de la familia Cruz se fue haciendo pública, el senador trató de arreglar las cosas. Y las empeoró más. Primero, dijo que había ido a Cancún acompañando a sus hijas, de 10 y 12 años, que iban de fiesta con sus compañeras del exclusivo colegio privado texano al que asisten y que había cerrado por el frío. “Quiero ser un buen padre”, se apresuró a decir el senador, pese a que su vuelo era con ida el martes y vuelta el domingo, lo que parece desmentir que tratara solo de dejar a las niñas en la playa.

Cruz cambió el billete para regresar el miércoles. Pero entonces pasó algo peor. Los mensajes de texto de su esposa, Heidi, fueron filtrados a los medios de comunicación. Y en ellos quedaba claro que la familia no iba a Cancún a dejar a sus hijas. Al contrario. Heidi Cruz comentaba a sus amistades que se iban porque la casa estaba “HELADA” (en mayúsculas), y les preguntaba si alguien más quería ir con ellos y aprovechar la tarifa del Ritz-Carlton, de apenas 309 dólares (255 euros) antes de tasas e impuestos. “¿Alguien quiere o puede irse esta semana? Nosotros puede que vayamos a Cancún”, anunciaba la banquera de inversión, antes de especificar que se iban “en vuelo directo”. Ante la falta de entusiasmo de su pandilla, Heidi les ofrecía acceso a su cocina, que es de gas, con lo que al menos podían calentar agua. Lo que tampoco era una gran ayuda, porque el suministro estaba, también, cortado.

Todo el episodio ha dañado enormemente la reputación de Cruz, que es popular entre los conservadores a nivel nacional, pero no en Texas. De hecho, el senador apenas ganó la reelección hace dos años por con un 51% del voto, una cifra sorprendentemente baja para un republicano en ese estado. Y, después de este episodio, su carrera política está como los semáforos en Houston: sin energía.

Con información de Mundo.es

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