El ritmo de la vida cada día es más acelerado sin distinguir si es ciudad o provincia, el estrés es cada día más invasivo en la vida de las personas y las aspiraciones materiales van en crecimiento ante un mundo globalizado y una humanidad distraída, lo que trae como consecuencia una gran cantidad de problemas existenciales y grados de infelicidad crecientes.
Ante el deterioro de la calidad de vida, la ciencia busca implementar estrategias y técnicas que ofrezcan sopesar las dificultades de concentración y enfoque y así reducir la distracción, desgaste de energía y disminución en calidad de vida, ineficiencia y dispersión de recursos en todos los aspectos.
Entre muchas otras formas de atender el estrés, depresión y diversas patologías que afectan la calidad de vida de las personas, se encuentra el mindfulness (o Concentración plena o Atención plena) el cual es una forma de ayuda para aliviar ese sufrimiento y se puede definir como el arte de hacer consciente sensaciones de nuestro cuerpo que normalmente nos pasan desapercibidas; ya que pese a que poseemos esta habilidad, raramente la usamos de forma consciente y casi nunca por más de unos segundos de tiempo.
Mindfulness ha sido traducida al español en diferentes formas, todas compuestas a falta de una palabra que dé con el significado original. Las traducciones más comunes son Atención Plena, Plena Conciencia, Presencia Mental y Presencia Plena/Conciencia Abierta entre otras. Emplearemos la traducción más utilizada en este momento que es “Atención Plena” y, en la generalidad de los casos, directamente el vocablo inglés Mindfulness.
Cualquiera puede obtener beneficios de practicar mindfulness. Es conocido que los profesionales asistenciales son de los que más sufren los efectos del estrés laboral continuado. Los profesionales sociosanitarios no son una excepción, y debido a la naturaleza de su trabajo a menudo ven atrapados en este tipo de situaciones de estrés crónico, sufriendo tanto por los efectos del estrés diario como a largo plazo con todas las consecuencias nocivas sobre la salud que esto conlleva.
Algunos de los beneficios que se atribuyen al mindfulness, son la ayuda a mejorar la inteligencia emocional, potencia la creatividad en las personas que lo practican, mejora la capacidad de concentración, combate el insomnio, fulmina el estrés y la ansiedad, permite trabajar con más enfoque, incrementa las posibilidades de bienestar y felicidad. Mindfulness es el arte de estar aquí y ahora, sin juzgar.