Con gran responsabilidad política en materia de seguridad pública, el pasado 9 de septiembre se aprobaron 4 reformas a leyes secundarias:
- A la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal;
- A la Ley de la Guardia Nacional;
- A la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos;
- A la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Además, este 14 de septiembre, con 335 votos a favor, el Pleno aprobó ampliar de cinco a nueve años el periodo en que el Presidente de la República podrá disponer de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, vía la Guardia Nacional, de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria. Pasó al Senado para sus efectos constitucionales.
Dadas las graves circunstancias que atraviesa la seguridad pública en sus tres niveles de gobierno de nuestro país, después de las fallidas estrategias implementadas por Calderón y luego por Peña Nieto, es necesario dotar de un marco legal al ejército para que pueda actuar en el ámbito de la seguridad pública; en los pasados regímenes políticos, se les cargó la mano a los militares en tareas de seguridad pública, sin que ninguno les diera un marco legal para ceñir su actuación, con los riesgos inherentes que eso implicó.
Ahora es una nueva visión con la misma misión, así nace la Guardia Nacional que reemplazó a la policía federal y que ahora es la tercera fuerza armada del país que recibe el apoyo legislativo.
Son 150 mil elementos en la estructura de la Guardia Nacional, a los que el mando militar podrá formar y capacitar para que desempeñen sus tareas con valores, virtudes, espíritu de cuerpo, con método profesional y disciplinado; estará observada y regulada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), bajo el control operativo y administrativo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Si bien sabemos que, en el año 2019, esta misma Soberanía autorizó a través del decreto de creación de la Guardia Nacional, un periodo de hasta por cinco años para que, tanto la Marina Armada de México como el Ejército Nacional pudieran interactuar en esas tareas, bajo esas condicionantes de manera excepcional y temporal, por lo que, en seguimiento a las acciones legislativas descritas, se aprobó dar más tiempo para su consolidación.
Muchos exigen resultados inmediatos y tienen todo el derecho de hacerlo, pero reparar el tejido social y construir una paz duradera es tarea de muchos años más. Por ello, y para efecto de que las fuerzas armadas, tengan la solidez y efectividad para enfrentar al crimen organizado en los diferentes estados y municipios, fue que se aprobó la modificación a nuestra carta magna que permitirá incrementar la presencia de las Fuerzas Armadas en las tareas de seguridad pública de manera extraordinaria durante 9 años, por lo que terminará su instrucción en el año 2028.
Como representantes de la Nación, fundados en un sistema democrático, seguiremos respaldando la Consolidación de una Guardia Nacional con carácter civil, apoyada en las Fuerzas Armadas Mexicanas para las tareas de protección, salvaguarda y seguridad para las y los mexicanos.