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noviembre 22, 2024

AÑO NUEVO

Quema del Año Viejo una antigua tradición en Latinoamérica

La quema de año viejo es una simpática costumbre que se mantiene viva en algunos estados, se trata básicamente de la quema de un muñeco de trapo que simboliza al año que se va. Este muñeco es rellenado completamente de pólvora y paralelamente a las 12 campanadas del 31 de diciembre de cada año es encendido.

El año viejo es elaborado por los miembros de las comunidades y con recursos provenientes de los vecinos. Inspirados mayormente en personalidades públicas del ámbito político o artístico, estos creadores dan la forma al muñeco que se llevará las cosas malas del año que termina.

La quema del año viejo es acompañada de la lectura de un testamento, este discurso está completamente basado en las anécdotas vividas por los propios vecinos. La quema del muñeco ya es considerado como un atractivo espectáculo sentimental por lo que se lleva el año, pero la parte divertida no para todos es la lectura del famoso testamento.

Responsabilidad

Las personas que hacen los muñecos ya toman esto como una responsabilidad social y comunitaria, y año tras años se encargan de hacer el muñeco y redactar el testamento, tan arraigado está el compromiso de elaborar de nuevo el muñeco, que durante todo el año van llevando un registro anecdótico de los miembros de la comunidad, para evitar el olvido de algún acto o situación bochornosa de uno de sus miembros.

Por esta razón para muchos es un acto divertido y para otros no, debido a que se dicen cosas reales, esto alegra el momento luego de que los recuerdos y sentimientos aflijan a los residentes mientras la quema del año viejo.

¿Qué es el año viejo?

El año viejo es un monigote que representa básicamente el año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la media noche del 31 de diciembre en un gran número de países latinoamericanos, desde México hasta Uruguay, aunque la costumbre está más arraigada desde el punto de vista popular en Ecuador y Colombia.

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El ritual se debe distinguir de la Fiesta del Judas, que a pesar de tener características similares tiene distintas connotaciones y se celebra en algunas regiones de España y de América Latina, al inicio de la semana de pascua o en el domingo de resurrección.

Significado

El ritual hace parte de las celebraciones de fin de año o noche vieja y los muñecos pueden representar a los acontecimientos o personajes más significativos, sobre todo negativos, del año transcurrido, y su incineración a la medianoche del 31 de diciembre es un ritual de purificación para alejar la mala suerte y de transición pues también se celebra la llegada del nuevo año. En muchos lugares, después de la quema, se lee un “testamento”, en el cual el “difunto” con lenguaje irónico o satírico hace recuento de los sucesos y da recomendaciones a sus protagonistas.

Orígenes

En la mayoría de países latinoamericanos se le atribuye origen hispánico y posiblemente sean derivados de rituales antiguos paganos europeos como las saturnales de los romanos o los rituales celtas y el Olentzero en el País Vasco y Navarra en España. Una teoría señala que el ritual probablemente tiene vínculos con la represión de los indígenas americanos a manos de los españoles, pues en algunas regiones los muñecos tradicionales los elaboran con caras de fisionomía europea y ojos azules o verdes.

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