Redacción / Grupo Cantón
Al menos 28 personas murieron en Vietnam y 6 en República Dominicana por el hundimiento de dos embarcaciones turísticas y migrantes.
Mundo.- Dos tragedias marítimas ocurridas este mes en Asia y el Caribe han conmocionado a la comunidad internacional, con un saldo conjunto de más de 34 muertos y varias personas aún desaparecidas.
El caso más grave se registró en la bahía de Ha Long, Vietnam, uno de los principales destinos turísticos del sudeste asiático. Un barco turístico que transportaba 53 personas, incluidos 48 pasajeros y cinco tripulantes, se hundió tras una repentina tormenta con intensas lluvias, según informaron medios estatales como VNExpress y Dan Tri.
Las autoridades reportaron que al menos 28 personas fallecieron, entre ellas varios niños, y que la mayoría de los pasajeros eran familias procedentes de Hanói, la capital vietnamita. Solo 12 personas fueron rescatadas con vida por guardias fronterizos.
La bahía de Ha Long, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es conocida por sus imponentes islas de piedra caliza cubiertas de selva. Sin embargo, la zona también ha sido escenario de accidentes previos: solo en el último año, 30 embarcaciones se hundieron en sus alrededores por condiciones climáticas adversas.
En otro punto del mundo, en las costas de Punta Cana, República Dominicana, al menos seis migrantes murieron el fin de semana pasado cuando una embarcación que se dirigía a Puerto Rico naufragó en la playa Juanillo, en la provincia de La Altagracia.
El director provincial de la Defensa Civil, Fernando Castillo, confirmó el rescate de 17 sobrevivientes, de los cuales dos permanecen hospitalizados. Según testimonios, la embarcación estaba sobrecargada, con entre 40 y 50 personas a bordo, entre ellos dominicanos y haitianos.
Las labores de búsqueda continúan, a pesar de las condiciones desfavorables: sargazo, oleaje elevado y poca visibilidad por la presencia del polvo del Sahara han dificultado las tareas.
Ambos sucesos reavivan la alerta sobre la seguridad en el transporte marítimo turístico y migratorio, así como la necesidad de reforzar los controles ante fenómenos meteorológicos extremos y la desesperación de quienes arriesgan todo por una mejor vida.