Redaccion / Grupo Cantón
Westman, quien había realizado su transición de género y cambio legal de nombre en 2019, no contaba con antecedentes penales
Minneapolis, – La mañana del martes 27 de agosto quedó marcada por la tragedia en Minneapolis, cuando un tiroteo en la Escuela Católica Annunciation dejó un saldo de dos menores fallecidos y al menos 17 heridos, entre ellos 14 niños.
La atacante fue identificada como Robin M. Westman, de 23 años, una mujer trans, exalumna del mismo centro educativo y residente de Richfield, Minnesota.
Westman, quien había realizado su transición de género y cambio legal de nombre en 2019, no contaba con antecedentes penales ni diagnósticos públicos de enfermedad mental.
Según autoridades locales, creció en la misma comunidad donde ocurrió el ataque, y su madre trabajó durante años como asistente administrativa en la escuela donde se desarrolló la tragedia.
El ataque comenzó poco después de las 8:00 a.m., durante la primera misa escolar del ciclo lectivo. Desde el exterior del templo, Westman disparó a través de las ventanas utilizando tres armas: un rifle semiautomático, una escopeta y una pistola.
El tiroteo sembró el caos en cuestión de minutos.
Los primeros reportes señalan que las víctimas fatales son dos estudiantes, de 8 y 10 años. Tras la masacre, la atacante se quitó la vida en la escena, antes de ser detenida.
Posteriormente, las autoridades descubrieron que Westman había dejado un cuaderno y varios videos publicados en línea poco antes del ataque, donde detallaba su plan y exhibía las armas utilizadas.
En esos documentos, además de expresar ideas suicidas, figuraban mensajes violentos, referencias a ataques anteriores como el de Sandy Hook, y expresiones antirreligiosas y antisemitas.
En los cargadores y armas se leían frases como “Kill Donald Trump”, “6 million wasn’t enough”, “Where is your God?”, y los nombres de otros autores de tiroteos masivos.
Las autoridades han retirado los videos de plataformas digitales, pero confirmaron su autenticidad y relación directa con el ataque.
El FBI ha abierto una investigación formal y analiza el caso como un posible acto de terrorismo doméstico y crimen de odio contra la comunidad católica.
Por su parte, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., anunció que se investigará si los medicamentos utilizados por Westman durante su transición de género pudieron haber influido en su conducta, en el marco de una revisión más amplia sobre salud mental, violencia armada y uso de psicofármacos.
La tragedia ha reavivado el debate nacional sobre el acceso a las armas, la salud mental juvenil y la radicalización en línea.
También ha generado posturas encontradas en torno al tratamiento del caso en medios, en especial sobre la identidad de género de la atacante y el enfoque mediático de los motivos detrás del crimen.
