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diciembre 05, 2025

Mundo

¿Puede la inteligencia artificial reemplazar a los médicos?

Redacción / Grupo Cantón

El papa León XIV defendió el valor insustituible del contacto humano en la medicina, frente a voces como Bill Gates y Julio Mayol, que ven en la IA un futuro sin profesionales de la salud.

Mundo.- El debate sobre el papel de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito laboral ha cobrado especial relevancia en el sector sanitario, donde se enfrentan posturas divergentes respecto al futuro del ejercicio médico. Durante la reciente Confederación Médica Latinoiberoamericana y del Caribe (CONFEMEL), celebrada el 1 de octubre en el Vaticano, el papa León XIV manifestó su firme convicción de que la tecnología, por avanzada que sea, nunca podrá reemplazar la dimensión humana del cuidado de la salud.

“El uso de la inteligencia artificial puede y debe ser una gran ayuda para mejorar la asistencia clínica, pero nunca podrá ocupar el lugar del médico”, afirmó el pontífice.

Enfatizó que el diálogo, el contacto físico y la empatía son aspectos esenciales de la relación terapéutica que solo una persona puede brindar. Para León XIV, la presencia humana en el acto médico no es opcional, ya que ninguna máquina podrá ofrecer consuelo ni cercanía real, por muy sofisticada que sea.

En contraste con esta visión, figuras del ámbito tecnológico como Bill Gates sostienen que la automatización reducirá, e incluso eliminará, la necesidad de intervención humana en muchas tareas médicas. En su podcast Unconfuse Me, Gates anticipó un futuro en el que los robots diagnostiquen enfermedades con mayor precisión que los médicos. Sam Altman, creador de ChatGPT, ofreció una postura más equilibrada, reconociendo que ciertas profesiones —como la enfermería— seguirán siendo necesarias debido a la conexión emocional que requieren.

Julio Mayol, catedrático de Cirugía en la Universidad Complutense de Madrid, fue aún más tajante al advertir que herramientas como GPT-4 podrían hacer innecesaria la figura de médicos, enfermeros y farmacéuticos. Definió a la IA como “el esclavo perfecto”, sin necesidades ni emociones, pero advirtió que los pacientes no deben permanecer pasivos ante estos cambios. En su opinión, es hora de que la sociedad se movilice y participe activamente en el debate sobre los límites éticos y humanos del uso de la inteligencia artificial en la medicina.

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