ESTADOS UNIDOS.- Una niña recién nacida desarrolló una infección potencialmente mortal tras haber nacido en un parto bajo el agua.
La pequeña nació sana aparentemente, pero transcurridos ocho días empezó a tener fiebre alta, escalofríos, respiración rápida, ritmo cardíaco acelerado, sarpullidos y desorientación, por lo que fue ingresada en la UCI.
Sus órganos comenzaron a fallar y fue cuando los médicos le diagnosticaron sepsis. Según informa la revista médica CMAJ, la bacteria que provoca la sepsis prospera en aguas cálidas y la bañera en la que nació la pequeña se llenó días antes de su nacimiento, lo que pudo haber creado un entorno ideal para la bacteria.
El bebé nació en una bañera hidromasaje bajo la supervisión de una comadrona, que había llenado la bañera tres días antes del nacimiento, lo que puede conducir a un aumento de bacterias como la legionella, según recoge el Daily Mail.
La pequeña comenzó a tomar antibióticos para tratar la infección y mejoró. Pasó cinco semanas en la UCI con un respirador, y podría haber muerto si no le hubieran hecho la prueba de la legionella.