GAZA.- Cada día que pasa, la vida de Imán Shanán, de 48 años, y la de otras cinco mujeres de Gaza se ve más amenazada por el avance del cáncer de mama y la negativa israelí a dejarles salir del enclave costero para recibir el tratamiento médico que necesitan.
Shanan fue diagnosticada en 2011 y, desde entonces, ha recibido quimioterapia en Gaza, donde también se ha sometido a cirugías, al igual que en Jordania.
“El tratamiento de radioterapia no está disponible en hospitales de Gaza, así que los pacientes de cáncer tienen que ir a centros médicos israelíes o palestinos en Jerusalén o Cisjordania”, explica Shanan.
En su caso, solía viajar a Jordania para recibir la radiación, pero hace unas semanas su petición de salir a través de Erez, el único paso fronterizo para personas entre Israel y Gaza, le fue denegada a esta mujer, que dirige la Asociación de Ayuda y Esperanza para el Cuidado de Pacientes y Sobrevivientes del Cáncer.
El doctor Jaled Thaet, jefe del Departamento de Oncología del Hospital Al Shifa, narra cómo en Gaza al descubrimiento de padecer cáncer de mama se une la complicada lucha para lograr tratamiento.
“Aquí, nuestros hospitales no están un cien por cien equipados para satisfacer las necesidades que tiene un paciente de cáncer”, cuenta el especialista.
Aunque los centros médicos de la Franja ofrecen cirugías y quimioterapia gratis a estos pacientes, en su mayoría mujeres, la situación es complicada debido a la falta de equipo.
“No existe tratamiento de todos los tipos y no hay radioterapia, porque Israel prohíbe su uso en Gaza”, explcó el médico.
Husam Hamada tiene un laboratorio de patología en el enclave costero palestino y es miembro del comité de diagnóstico que cada semana plantea, de media, la transferencia de unos 24 casos de diferentes tipos de cáncer a hospitales israelíes o palestinos.
“De esos 24, unas 10 personas son mujeres que con cáncer de mama que ya han pasado por varias operaciones y sesiones de quimio, pero que necesitan tratamiento con radioterapia porque no tenemos ese tipo de medicación de alta tecnología que sólo puedes encontrar fuera”, dice Hamada.
Después de la mastectomía y la quimioterapia, una fase que suele extenderse durante siete meses, “tienen que mandarles a un hospital para la radioterapia”, explica Thabet, que firma las peticiones médicas que se envían a los ministerios de Sanidad israelí y palestino.
Pero de manera habitual, la organización de Shanan recibe quejas de mujeres que no pueden cruzar el paso fronterizo con Israel.
“Cada semana, niegan el permiso de viajar a dos o tres mujeres por motivos de seguridad”, una de las razones esgrimidas por el país para rechazar la concesión de autorizaciones, explica.
“Queremos mostrar la brutalidad de Israel contra los pacientes (…) Hay decenas de mujeres que están en nuestra situación y tienen miedo de contarlo”, afirma Shanan.
En su oficina en Gaza capital, las afectadas realizan una campaña para retratar las vidas de todos los enfermos de cáncer que tienen que luchar, además de con la enfermedad, con las restricciones impuestas por Israel al enclave costero, bajo bloqueo desde que Hamas llegó al poder en 2007.
“Me llamo Irán, pero no es mi culpa que mis padres me llamaran así”, dice Irán Kasab, de 38 años y madre de cinco niños, que ha visto rehusada su petición de ir a Jerusalén por razones de seguridad y que está convencida que se debe a su nombre “porque Israel odia a Irán”.
“Cuando te niegan la entrada por razones de seguridad, empiezas a pensar cuáles son esas razones. Somos pacientes que buscan la vida y medicación, no llevar a cabo ataques”, defiende.
Thabet cree que en los próximos cinco años el número de pacientes con cáncer se duplicarán en Gaza por el uranio usado por Israel en sus ataques en 2008-2009, cuando se le acusó de utilizar fósforo blanco.
Shanan también opina que las tres guerras que ha vivido la Franja en los últimos siete años son una de las principales raíces de la enfermedad.
La oficina de Coordinación de los Territorios del Ejército israelí señaló que “cientos de pacientes de Gaza entran a Israel a diario para recibir tratamiento médico” y que “en casos urgentes se coordina con ambulancias para que entren en Israel”.
“Desde principios de 2016 ha habido más de 22 mil entradas de pacientes y sus acompañantes y coordinación para 600 ambulancias”, afirma el organismo militar.
Aunque -añade- “desafortunadamente, la organización terrorista Hamas actúa para abusar de los canales de asistencia para sus necesidades de terror, incluido de los pacientes con permisos de salud, lo que continúa dañando a la población en Gaza”. (Fuentes: Excelsior)