Nintendo, que ha arrasado en 2017 con dos de los mejores juegos de la historia —Super Mario Odyssey y Zelda.
Breath of the wild— y un éxito inaudito para su nueva consola Nintendo Switch, vuelve a lanzar un órdago.
Esta vez, en un campo en el que el videojuego siempre ha estado cojo: su integración con lo físico. Nintendo Labo, un nuevo producto en paralelo a su Nintendo Switch.
Son juguetes de cartón, llamados Toy-Con, que permiten cambiar por completo la manera de interactuar con un videojuego.
Ya no existe la metáfora del mando, el mismo botón alegórico que tanto puede significar patada, como salto, como beso.
Aquí es el movimiento del cuerpo y de los juguetes de cartón que manipula el jugador los que obran la magia.
Por ejemplo, con una caña con su carrete, brazo telescópico y cordel que se prolonga sobre la pantalla.
O con las piezas de una armadura robótica que permiten manejar a una suerte de Transformer moviendo brazos, piernas, torso y cabeza.
El lanzamiento será el 28 de abril en dos packs, el Variety con una moto, una casa, un coche, un piano y una caña de pescar y el Robot Kit que incluye las piezas de una armadura para convertir a un humano en transformer.
El precio aún no se ha desvelado.
Un Toy-Con comienza de manera humilde.
Es una plancha de cartón con una serie de piezas llenas de arrugas que doblar, pestañas que encajar y entrantes para que encajen.
El proceso de montaje es parte esencial de esta apuesta de Nintendo.
Está claramente concebido como una actividad social, especialmente indicada en el contexto familiar, que funcione de idéntica manera a la manipulación de un LEGO o el completar un puzle.
La Nintendo Switch interviene de manera pasiva durante esta primera fase, su pantalla táctil un apoyo en el que se puede observar una admirable guía de montaje interactivo en tres dimensiones.
Cada paso puede ser explorado desde todos los ángulos, para que el error en el ensamblado, que se complica según el Toy-Con y puede llegar a implicar decenas de piezas, se reduzca al mínimo.
Francamente, si este tipo de software se patentara e incluyera para ayudar a montar un mueble tipo IKEA, la labor de ensamblarlo sería harto más sencilla.
En las fases finales de cada montaje se insertan los Joy-Con, los mandos modulares de la Nintendo Switch que cuentan con cámara infrarroja, vibración en HD y giróscopo, un cóctel tecnológico que al fin cobra toda su dimensión.
El éxito de esta consola ha venido por su característica más llamativa en un primer término, la capacidad de pasar del televisor a la portabilidad de manera instantánea.
Pero ya comenté en estas páginasque eran esas otras tres tecnologías las que más inflamaban mi imaginación en las manos adecuadas.
Porque permitían lo que hoy se ha desvelado, convertir el cuerpo humano en el vehículo de una interacción con el juego digital mucho más natural.
En el juego de lanzamiento de Switch 1-2-Switch se vieron múltiples usos de estos sistemas.
Pero, según han ido pasando los meses, pocos desarrolladores han explorado sus posibilidades en conjunto.
La vibración HD sí es popular.
Pero la combinación de reconocimiento de movimiento (giróscopo), visión artificial (cámara infrarroja) y sensaciones hápticas (vibración HD) ha sido, por el momento, muy infrautilizada.