WASHINGTON.
El excapo de la ‘familia Colombo’ de Nueva York, Carmine Persico,murió a los 85 años de edad el jueves pasado en un hospital de Durham, en el estado de Carolina del Norte, informó hoy su abogado Benson Weintraub.
Persico, conocido como ‘Serpiente’ o ‘Junior’ y quien fue en sus mejores tiempos el jefe de jefes de las familias del crimen organizado en Nueva York, falleció en el Duke University Medical Center, sin conocerse las causas.
Su abogado, citado por la prensa local, señaló que el exjefe de la mafia de la Gran Manzana pasó 33 años en la prisión de Buther, en Carolina del Norte, en cumplimento de una condena de 139 años de cárcel.
Weintraub, quien no reveló las causas del deceso, describió a Persico como un gran cliente, buen tipo y un hombre maravilloso, que deja una esposa y tres hijos.
Persico nació en Brooklyn, Nueva York, el 8 de agosto de 1933 y desde su adolescencia tuvo problemas con la justicia, se convirtió en el líder de una pandilla callejera, fue reclutado por la mafia y fue arrestado por primera vez por asesinato.
La carrera criminal de Carmine, no obstante, comenzó cuando era apenas un adolescente.
PADRINO FEROZ
A los 16 años ya era conocido por las fuerzas del orden por ser el líder de la pandilla de los Garfield Boys, una cuadrilla de chavales armados con cuchillos y pistolas de elaboración casera que empleaban para extorsionar a los jóvenes del barrio.
Así, con tan solo 17 años, ‘Junior’ se enfrentó a su primera detención, acusado de asesinato. Y entonces nació la leyenda.
Otros de los aspectos del mafioso que ayudaron a construir su leyenda fueron su inquebrantable perseverancia y su inteligencia.
Pese a que no llegó a terminar el instituto, Persico decidió representarse a sí mismo durante el proceso judicial al que se enfrentó en 1986 y, según refleja la prensa de la época, realizó un gran trabajo a la hora de interrogar a los testigos y de cimentar su defensa con argumentos legales.
Su gran trabajo no logró, sin embargo, maquillar la realidad de sus actos y fue sentenciado a 100 años de prisión.
Fue precisamente desde su celda que, durante la segunda semana del mes de agosto de 1989, Carmine se enzarzó en una guerra con los capos de otros dos importantes clanes de Nueva York: Anthony ‘Fat Tony’ Salermo, jefe de la familia Genovese, y Anthony ‘Tony Ducks’ Corallo, líder del clan Lucchese.
Fue uno de los periodos más sangrientos que se recuerdan en la ciudad, con el asesinato de una madre de familia que luchaba contra el tráfico de drogas en su comunidad y cuatro ejecuciones al estilo mafioso, además de otros incidentes violentos.
El testimonio de Robert Kubecka, que fue un informante clave en la investigación policial, permitió a la Justicia procesar a los tres capos. Menos de 24 horas después, el transportista y su cuñado, Donald Barstow, fueron acribillados a balazos en unas oficinas de Long Island.
A pesar de seguir aún en la cárcel, la alargada sombra de la ‘Serpiente’ también se dejó notar en el sangriento enfrentamiento entre facciones que tuvo lugar en la ciudad que nunca duerme, a finales de 1991.
El padrino del clan Colombo había cedido el control del clan a su hombre de confianza, Victor Orena, con la intención de que su hijo, Alphonse Persico, también encarcelado por aquel entonces, le sucediera al salir de prisión.
Sin embargo, Orena no quiso ceder el control del clan y buscó el apoyo de las familias Gambino y Lucchese, dando lugar a una lucha entre clanes que, sin duda, amargó la Navidad a los neoyorquinos.
Cuando no estaba en la cárcel o dirigiendo las operaciones del clan en Brooklyn, Persico pasaba los días en una granja de 23 hectáreas al norte de la ciudad, donde la policía se aprehendió de cerca de 50 escopetas y 40 artefactos explosivos durante una redada, en 1972.
Sin embargo, hacía ya muchos años que el mafioso no podía disfrutar de los réditos de su vida criminal, y apenas salía de la cárcel para enfrentarse a nuevos juicios, el último en 2009.
Fue entonces, cuando ya siendo un anciano y sabedor de que nunca volvería a saborear la libertad, aprovechó para preguntar desde el estrado:
¿Cuándo se termina?, ¿cuándo para?, ¿cuando te dejan en paz?”.