CIUDAD DE MÉXICO.- Después de más de 15 años de hacer dieta, Mary Clancey se había resignado a ser una anciana con un vientre enorme, pero a medida que su salud se deterioraba, su hijo la convenció de ir al médico. Lo que encontraron los doctores los dejó impactados: la mujer de 71 años tenía un tumor en uno de sus ovarios de unos 63 kilos.
El 10 de noviembre, los médicos en Lehigh Valley Health Network, en Allentown, Pensilvania, retiraron la masa cancerosa de etapa 1 en una operación que duró cinco horas. Clancey entró pesando 165 kilos, al salir del quirófano había perdido 81 kilos, entre tumor y tejido, prácticamente la mitad de su peso, dijeron los médicos.
“Ni en los sueños más alocados uno puede imaginarse algo así de enorme”, dijo la anciana a la televisora local NBC10.
Cuando comenzó a subir de peso, los médicos sólo le decían a Clancey que vigilara lo que comía, pero con una altura de 152 centímetros, ella dijo que se sentía destinada a convertirse en una “pequeña anciana redonda”.
El tumor en realidad no le causaba dolor “solo me hacía sentir incomodidad ahí”, dijo ella, pero para cuando fue al hospital, ya tenía dificultades para caminar o estar de pie.
Richard Boulay, el médico que la operó, dijo que la masa era tan grande que ni siquiera cabía en la imagen captada en una tomografía.
El tumor “la estaba matando lentamente”, comentó Bouley el jueves durante una conferencia de prensa en el hospital.
Para poder retirar el tumor, tuvo que colocarse una segunda mesa junto a donde estaba acostada Clancey para que la masa pudiera extraerse sin romperse, dijo el diario The Morning Call.
Como el tumor básicamente está conformado por agua, era “resbaloso y desagradable”, dijo Boulay.
Después de pasar casi un mes en recuperación, la paciente regresó a su casa y ahora está trabajando en recuperar su vida, pero ahora como una mujer delgada.
Los médicos dicen que las pruebas revelaron que el tumor no es canceroso y que ella no necesita más tratamiento, reportó el Call. (Fuente: Tabasco Hoy)