Redacción / Grupo Cantón
Roscoe, el inseparable bulldog del piloto, falleció tras una dura enfermedad, conmoviendo al mundo de la F1.
Lewis Hamilton confirmó este lunes la muerte de Roscoe, su inseparable compañero canino, tras una dura batalla contra problemas respiratorios. El bulldog inglés era una figura entrañable dentro del mundo de la Fórmula 1, reconocido por su constante presencia junto al piloto británico en los paddocks y circuitos alrededor del mundo. La noticia ha conmovido a fanáticos, colegas y figuras del automovilismo.
Hace unos días, Hamilton reveló que Roscoe fue hospitalizado de emergencia tras ser diagnosticado con neumonía. Aunque los médicos lograron reanimarlo luego de un paro cardíaco, su salud se deterioró gravemente y quedó en coma, con soporte vital. Tras varios días en cuidados intensivos, el piloto decidió despedirse de él, calificando esta como “la decisión más difícil de su vida”.
El cariño de Hamilton por Roscoe era evidente. Incluso decidió suspender temporalmente su participación en actividades oficiales de F1 para estar con su mascota durante sus últimos días. A través de redes sociales, el piloto explicó que no podía concentrarse sabiendo que su fiel amigo luchaba por su vida, y le dedicó una emotiva despedida que rápidamente se viralizó.
La comunidad de la F1 no tardó en mostrar su solidaridad. La propia organización del campeonato publicó un mensaje reconociendo el impacto de Roscoe en el paddock: “Descansa en paz, Roscoe Hamilton, una verdadera estrella por derecho propio”. Aficionados, equipos y pilotos también se sumaron a las muestras de apoyo, destacando el legado del entrañable bulldog que conquistó corazones dentro y fuera de las pistas.