A fin de evitar futuras pandemias y detener la propagación del coronavirus, las autoridades chinas anunciaron esta semana la prohibición de la venta de perros y gatos en los comercios silvestres, donde se adquieren como alimento en Shenzhen, ciudad del sureste de China.
Detectado por primera vez en diciembre en la ciudad de Wuhan, el Covid-19 fue rastreado hasta un mercado local donde se vendían pangolines, serpientes y otras especies para el consumo. Tras salir a la luz los primeros contagios en personas que frecuentan estos lugares.
Por ello, las autoridades ya han informado a la población que la prohibición de comer perros y gatos entrará en vigor el 1 de mayo.
«Los perros y gatos han establecidos relaciones con los humanos mucho más cercanas que otros animales y la prohibición del consumo de su carne es una práctica habitual en Hong Kong y Taiwan», recoge el documento en el que se expone la medida. «Esta prohibición es acorde al espíritu de la civilización humana».