Los vórtices polares son fenómenos meteorológicos que se presentan en los polos todos los años durante el invierno, por lo que no son eventos extraordinarios ni están asociados al cambio climático, señalan académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Graciela B. Raga y Christian Domínguez Sarmiento, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, explicaron que los vientos máximos, en el caso de los vórtices, no están estrictamente sobre los polos, sino entre 50 y 60 grados, pero en esta ocasión se movieron un poco más y por eso Canadá y regiones como Chicago, ubicadas a una latitud de 42 grados, experimentaron temperaturas extremas, a las que no están muy acostumbrados.
En un comunicado, indicaron que la situación climática que ocurre en el planeta, con frío intenso en el norte, y temperaturas abrasadoras en el sur, llaman la atención global, pues mientras en Argentina el calor hace difícil la respiración, en Chicago el agua caliente lanzada al aire se congelaba en menos de un segundo.
El vórtice polar es una región de bajas presiones que rodea a ambos polos, presenta vientos intensos a unos 10 kilómetros de altura de la atmósfera, lo que provoca que las temperaturas sean muy bajas en su interior, constituyendo una masa de aire polar.
Es más común que en el hemisferio Norte se pueda deformar y dé lugar a perturbaciones o elongaciones (se alarga). Entonces, lo que ocurrió en enero pasado fue que al deformarse se rompió en más de un vórtice y se desplazó un poco más al sur del continente americano, explicó Graciela B. Raga.
Cuando el vórtice se deforma, su centro puede desplazarse de su lugar típico sobre el polo Norte y Siberia, y las temperaturas mínimas se observan en donde se ubica el centro del vórtice. En este caso, fue un poco más al sur y por eso se presentan estas temperaturas tan bajas en Canadá y Chicago pero, insistió, esto es parte de la variabilidad normal en la atmósfera y sucede con cierta frecuencia en invierno.
El hecho de que el vórtice polar se haya desplazado sobre algunas regiones de Norteamérica no significa que es más grande de lo normal, y tampoco es inusual que un fenómeno de este tipo se haya deformado y roto. “Eso ha ocurrido en otros inviernos, no es un evento catastróficamente diferente”, subrayó.
Al respecto, Christian Domínguez Sarmiento aclaró: “cambio climático, como su nombre lo dice, es una variación en el clima y se obtiene a través de un registro de 30 años. Estos rompimientos de los vórtices han ocurrido varias veces en el pasado y para asociarlos con la modificación global del clima habría que estudiarlos por más de tres décadas”.
Las bajas temperaturas registradas en Estados Unidos, asociadas con la masa de aire polar, son extremas. En el planeta se han registrado fenómenos extremos, pero no sólo se trata de temperaturas bajas, también hay algunas muy cálidas, como en el caso de Australia, que ahora presenta temperaturas muy altas.
Son contrastes en el planeta, no hay estudios de atribución que nos digan que estos eventos hayan incrementado en frecuencia y que puedan ser atribuidos al cambio climático, reiteró.
Estas elongaciones o alargamientos de los vórtices, como todo fenómeno meteorológico, suceden en una escala de tiempo de pocos días, en los que se desarrolla y evoluciona, de modo que estas anomalías ocurren, duran poco y vuelven a sus valores normales.
Esto significa que no durará todo el invierno; “de hecho, el pronóstico indica que en los próximos días subirán las temperaturas, incluso la región de Chicago tendrá, la semana próxima, temperaturas relativamente cálidas para el invierno, concluyó.