India.- Un hombre de 65 años de edad era tratado por cáncer de tiroides cuando fue necesario colocarle un catéter en sus partes íntimas y causaron lesiones, las cuales más tarde derivaron en una fascitis necrosante por lo que su miembro terminó literalmente cayendo.
El paciente desarrolló gangrena de Fourier, tras las lesiones realizadas con el catéter y concluyó en la pérdida de sus partes íntimas.
La fascitis necrosante es una fuerte infección que destruye en tejido, es conocida como “bacteria devoradora de carne” y en los genitales recibe el nombre de gangrena de Fournier.
Una vez en casa, tras las lesiones que había sufrido por el catéter, el prepucio se inflamó y se ennegreció; fue dos semanas después que acudió a un especialista, pero la gangrena había avanzado. La parte interna de su sistema urinario se encontraba bien, pero había sufrido una autoamputación del falo y se recurrió a una penectomía total para limpiar la zona.
Solo hay documentados dos casos más de autoamputación del miembro en hombres.
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