Luego de la larga jornada electoral que, parece dar como un hecho lo que los mercados temen: la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, votando “no” a su permanencia.
La Unión ha negado, en los últimos días, la existencia de un “Plan B” si se producía el Brexit. Las apuestas y el optimismo era tal que todos creían que eso, con un resultado un tanto parejo, no pasaría.
Sin embargo, la realidad de esta jornada es que ahora se activa un complejo e incierto proceso que dará pie a una triple negociación: acordar el proceso de salida, definir un nuevo marco de relaciones entre la isla así como con el resto de los Estados miembros, y para redefinir los acuerdos con terceros países.
Por esa razón, presentamos, en 10 puntos, las siguientes acciones que deberá tomar tanto el gobierno británico como la Unión Europea para consumar dicha separación de la segunda economía más importante de la región.
1. El primer paso habrá de darlo David Cameron, el primer ministro británico, quien deberá notificar a sus homólogos europeos la decisión de los británicos de abandonar el club comunitario y de iniciar los procedimientos relevantes.
2. Los procedimientos comienzan con la activación del artículo 50 del Tratado de la Unión (TUE), acuerdo introducido por el Tratado de Lisboa con el fin de regular la retirada voluntaria de un Estado miembro. Esta notificación podría ser de las primeras acciones a tomar en la cumbre europea que reunirá a los líderes de los 28 el próximo 28 y 29 de junio en Bruselas, donde Cameron ha referido que, de darse el caso, la decisión de salir de la UE se aplicaría con carácter inmediato.
3. Puesto que el artículo 50 del Tratado no establece una hoja de ruta del procedimiento de salida, haría falta una negociación entre el Reino Unido y la Unión sobre las condiciones en que se llevaría a cabo la retirada y el marco de sus relaciones futuras.
4. Por su parte, el Consejo de Ministros debe adoptar, por mayoría cualificada, el acuerdo de retirada en nombre de la Unión Europea, con la previa aprobación del Parlamento Europeo (PE).
5. Cabe señalar que el artículo 50 del TUE prevé que cuando haya un acuerdo, los tratados dejarían de aplicarse al Reino Unido a partir de la fecha de entrada en vigor del mismo, o en su defecto a los dos años de la notificación.
6. Hay que apuntar que las negociaciones serían tan complejas que probablemente requerirían más de dos años, algo que podría complicar las cosas, ya que la extensión de ese plazo necesitaría un acuerdo unánime del resto de países miembros del Consejo, con la posibilidad de que alguno ponga pegas.
7. Además, mientras se lleva a cabo el procedimiento de salida, la UE seguiría funcionando y adoptando decisiones. Sin embargo, el Reino Unido no participaría en las deliberaciones ni en las decisiones del Consejo Europeo o del Consejo de Ministros que le afecten.
8. Con respecto a los eurodiputados británicos, el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha dicho que se ellos podrían completar su mandato hasta el fin de la legislatura (2019), aunque apuntó que los euroescépticos del UKIP quizás optarán por abandonar el PE antes.
9. Tras la salida del Reino Unido, este país se convertiría en un tercer Estado frente a la Unión.
10. Esto supondría, según los expertos, la pérdida de acceso al mercado interior para las empresas británicas, y afectaría también a las relaciones económicas exteriores, la libre circulación o la recepción de fondos europeos.
Con información de Huffington Post.