Indianápolis, Indiana, Estados Unidos.- El director de seguridad de la empresa UPS hizo más enfático su conducta racista en contra de obreros de origen mexicano; exigió a uno de sus subordinados sirviera como traductor para hacer llegar sus órdenes al resto de los trabajadores, pero éste se rehusó y fue despedido junto con otros cinco de sus compañeros.
Con lo que no contó el director de seguridad fue con la solidaridad del resto de empleados, alrededor de 100, tomaron sus cosas y abandonaron el lugar.
El incidente fue captado en video por Antoine Dangerfield, un soldador estadunidense que colaboraba en el mismo proyecto pero con un distinto contratista. “Solo sentí ese poder, hombre. Simplemente se sintió bien. Estaban saliendo con la cabeza alta, fuertes”, señaló.
Su acción fue considerada una osadía por la empresa UPS, pero para Dangerfield fue algo ejemplar ver la solidaridad de un grupo para sus compañeros que por un exceso fueron despedidos.