Agencias
VENEZUELA
Después de varios de meses de luchar contra un linfoma no-Hodgkin, Oliver Sánchez, de ocho años, perdió la batalla y murió. El caso impactó a los venezolanos, que vieron su fallecimiento como un símbolo de la crisis que enfrenta el sector de la salud, que llevó esta semana a un grupo de médicos a iniciar una huelga de hambre en reclamo de insumos.
Sánchez alcanzó notoriedad el pasado 26 de febrero cuando se presentó —acompañado de su madre humilde y abuela— en medio de una manifestación que realizaron médicos, enfermeras y estudiantes de medicina en una plaza de la capital en rechazo a la creciente escasez de medicamentos que ya alcanza a más de 90 por ciento, según reportes de los gremios de médicos y farmaceutas.
El pequeño conmovió a todos los presentes al aparecer con el rostro cubierto con un tapabocas y un pequeño cartel escrito a mano que decía “Quiero curarme, paz, salud”.
En esa oportunidad Mitzaida Berroterán, madre del niño, dijo que se sentía desesperada por la situación de su hijo ante las dificultades que estaba enfrentando su familia para conseguirle las medicinas, y afirmó que “si no tiene el tratamiento eso puede desembocar en algo más grave”.
La tarde del 24 de mayo Sánchez murió luego de pasar varios días en cuidados intensivos en una clínica de la capital y presentar una meningitis, indicó su madre al diario local El Nacional.
“Cada vez que nos pedían algo era un corre, corre. Al final lo conseguíamos por redes sociales y donaciones, pero era un calvario buscar las medicinas”, relató Berroterán al reconocer que el niño tal vez adquirió una bacteria cuando estuvo internado en un hospital público del oeste de Caracas donde no había buenas condiciones de salubridad debido al deterioro que enfrenta el centro.
La muerte de Sánchez generó numerosas reacciones de pesar y protesta en las redes sociales, y hasta en la sesión de este jueves de la Asamblea Nacional algunos diputados opositores exhibieron fotografías del niño para denunciar la crisis del sector salud.
El conocido caricaturista venezolano EDO le dedicó una caricatura a Sánchez en la que aparece el niño vestido como un ángel con un dibujo de una paloma blanca en sus manos, y el mensaje “tendremos remedio cuando dejemos de ser indiferentes”.
“Este niño se convirtió en símbolo de una situación grave en materia de salud”, afirmó Rafael Uzcátegui, coordinador de la organización local Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos, al explicar el impacto que generó en la población la muerte de Sánchez.
Uzcátegui dijo que Provea tiene el registro de cinco casos de niños, incluido Sánchez, que fallecieron en medio de la crisis del sector salud entre 2015 y lo que va de este año.
Asimismo, el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), organización que vela por los derechos humanos de los niños y adolescentes, ha contabilizado entre el 23 de abril y el 18 de mayo 80 casos de niños que sufren diversas enfermedades y cuyas familias tardan un promedio de dos meses para encontrar los medicamentos que requieren para sus tratamientos, indicó la organización en un comunicado.
Ante la crisis del sector salud Cecodap presentó este año en tribunales dos acciones legales para lograr medidas de protección para los niños ante la escasez de medicamentos pediátricos, pero los recursos fueron negados.
La organización anunció que acudirá al Tribunal Supremo de Justicia para pedir protección para los menores.
Seis médicos y una estudiante de medicina emprendieron esta semana una huelga de hambre en la ciudad de Mérida en protesta por la falta de insumos y medicinas y para presionar al gobierno para que acepte la ayuda humanitaria internacional.
“Exijamos salud, para que el pueblo venezolano no siga muriendo en los hospitales por falta de insumos”, dijo el médico Cristian Pino al portal de noticias Efecto Cocuyo al explicar las motivaciones de la protesta.
El Ministerio de Salud de Venezuela activó en febrero pasado un centro de llamadas para ayudar a los pacientes a conseguir los medicamentos, pero opositores y pacientes se quejan que el servicio no cubre los requerimientos de la población.
Desde fines de 2012 Venezuela enfrenta una fuerte escasez de alimentos y medicinas que los analistas asocian a una importante merma en la venta de divisas oficiales que generó el año pasado una caída de más de 40% en las importaciones, y que se prevé podría complicarse este año por el deterioro de los precios del petróleo, que representa la principal fuente de ingresos del país por exportaciones. Venezuela mantiene controles de cambios y precios desde 2003.
El gobierno sostiene que la escasez es consecuencia de una “guerra económica” de la oposición y el sector empresarial para desestabilizar el país.
La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, declaró en enero una “crisis humanitaria” en el sector de la salud para lograr el envío de ayuda internacional al país, pero el gobierno hasta el momento no ha reconocido esa declaratoria.