NICARAGUA.- Managua La escalada de la violencia en Nicaragua, donde la grave crisis política que comenzó con protestas sociales hace casi tres meses ya ha dejado al menos 350 muertos y más de 2 mil heridos, generó una nueva ola de rechazo por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas.
El nuevo ataque a la ciudad de Masaya, erigida en símbolo de la resistencia al presidente Daniel Ortega, desencadenó una condena inmediata en Estados Unidos, cuyas autoridades acusaron directamente al gobierno del ex guerrillero sandinista de perpetrar la violencia.
El embajador estadunidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, calificó de “genocidio” lo que está ocurriendo en el país centroamericano. “Los repetidos actos de violencia y represión sólo conducirán a un mayor aislamiento y sanciones. ¡Tiene que parar inmediatamente este genocidio!”, escribió en un Twitt; en el que el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dio cuenta del ataque de fuerzas paramilitares y de policía contra Moninbó, el combativo barrio indígena de Masaya.
También en Twitter se pronunció el subsecretario de Estado de EU para el Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri. “Instamos enérgicamente al presidente Ortega a que no ataque a Masaya. La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno de Nicaragua debe cesar inmediatamente”.
Agencias
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