Tres remolinos se convirtieron en un tornado que se llevó techos y cocinas de al menos 45 casas de lámina en dos de comunidades de Ixtlahuaca y en Rancho Alegre, en municipio de Jiquipilco.
A las 18:00 horas de ayer el cielo “aborregado”, lleno de nubes pequeñas, fue el preludio de un fenómeno que en 50 años no se había visto, comenzó a nublarse el único día soleado tras varias semanas de heladas y tras un estruendo, surgieron los remolinos que hicieron correr a los pobladores para resguardarse.
“Estábamos en una jornada de limpieza de la avenida que acaban de inaugurar porque era terracería, de pronto el aire que se elevó los techos, las cocinas y las aves de crianza”, dijo una de las vecinas.
En este sitio la mayoría de los vecinos son pobres, es una zona rural en donde prevalece la crianza de guajolotes, gallinas y ganado. En este momento está cubierto el piso de rastrojo seco, lo que facilitó que al menos dos viviendas se incendiaran, a raíz del cortocircuito que provocó la caída de un transformador.
“No tenemos luz, el problema es que habemos varios que nos dializamos y así no podemos estar, sin luz”, dijo María del Refugio.
FUENTE/ EL UNIVERSAL