CIUDAD DE MÉXICO.- En las redes, los partidarios de López Obrador defendían, cada vez con menor entusiasmo, el ejercicio de democracia participativa. Tenían un punto en favor y muchos en contra. El punto en favor es que la partidocracia aprobó fórmulas de participación ciudadana que están en la Constitución sin ninguna posibilidad de hacerse realidad (de ahí que el furuto presidente ofreciera, tras su voto matutino, una reforma constitucional que abriría la puerta a consultas con todas las de la ley).
La votación fluye en el centro de votación de Mineral de Reforma, donde los ciudadanos participan en la Consulta Nacional sobre Programas Prioritarios. Recuerda que es hasta las 6 de la tarde ¡Participa!#MéxicoDecide pic.twitter.com/FOIPcS5eJa
— Equipo de Transición Hidalgo 2018-2024 (@DelHidalgo18_24) 25 de noviembre de 2018
Las críticas a las consultas de Andrés no sólo proceden de sus adversarios. En las propias filas de sus simpatizantes hay quienes consideran que se trata de ejercicios que demeritan la democracia participativa que el presidente electo ha prometido impulsar (en la misma línea están las críticas a los foros de pacificación, que fueron mal organizados, para decir lo menos, y por personajes trabajaron en el gobierno de Enrique Peña Nieto, y con mucha convicción).
Cortesía: Vanguardia MX