Redacción / Grupo Cantón
Ciudadanos piden reducir el límite de ruido nocturno de 75 a 60 decibeles en colonias afectadas por antros y terrazas.
CDMX.- Condesa y Narvarte denunciaron los severos efectos en su salud provocados por la contaminación acústica generada por bares, restaurantes y comercios que operan hasta altas horas de la noche.
Los testimonios fueron contundentes: insomnio, taquicardia, hipertensión, hipoacusia y depresión son algunas de las consecuencias reportadas. Connie Guevara, habitante de la Hipódromo Condesa, relató que desde las 8 de la mañana, cuando comienzan labores de limpieza en los antros, el nivel de ruido ya rebasa los 60 decibeles, afectando gravemente la tranquilidad de quienes viven en la zona.
“Estamos rodeados de terrazas y negocios que incumplen normativas. Una panadería, por ejemplo, opera 24/7 con extractores ruidosos. No hay regulación ni respeto a la ciudadanía”, expresó Guevara.
Por su parte, María Teresa González, vecina de la Roma, aseguró que los problemas de salud derivados del ruido constante vulneran los derechos humanos de los residentes, quienes han tenido que invertir en aislamiento acústico sin obtener solución de fondo.
Ante esta situación, la diputada local de Morena, Leonor Gómez Otegui, organizadora del foro, anunció que en el próximo periodo ordinario de sesiones presentará una iniciativa de reforma a la Ley de Establecimientos Mercantiles. Su propuesta busca reducir el límite de ruido nocturno de 75 a 60 decibeles entre las 22:00 y las 6:00 horas, aunque varios vecinos insistieron en que este límite debería ser aún más estricto.
El debate apenas comienza, pero el mensaje de la ciudadanía fue claro: el descanso y la salud no pueden seguir siendo sacrificados en nombre del entretenimiento y el comercio.
