Redacción
CANCÚN Q.Roo.
La investigadora Pilar Luna Erreguerena, pionera de la arqueología subacuática en México, recibirá en marzo próximo el Premio a la Investigación 2015 de la Sociedad Geográfica Española (SGE) por su labor de estudio y preservación del patrimonio cultural sumergido.
En una rueda de prensa en la capital mexicana, la arqueóloga dijo hoy que es la primera latinoamericana y segunda mujer en ganar este reconocimiento, y que lo acepta “con toda humildad y agradecimiento”.
El coordinador de arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Pedro Sánchez, dijo que el reconocimiento es “muy merecido”, pues Luna tiene una trayectoria de más de 30 años que la ha convertido en “un pilar en la arqueología internacional y en la defensa de los bienes culturales”.
Luna recibirá el galardón que otorga la SGE a la persona o entidad “que más se ha distinguido por su empeño en tareas de investigación o divulgación” el próximo 1 de marzo en el Auditorio de la Mutua Madrileña en la capital española, anunció Sánchez.
La investigadora, actualmente subdirectora de Arqueología Subacuática del INAH, es pionera de esta práctica en México y ha participado en destacados proyectos nacionales e internacionales, incluido el hallazgo en el sureste del país de “la mujer más antigua y genéticamente intacta que se ha encontrado en América”.
El Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo, dirigido por el INAH con apoyo de la Sociedad Geográfica de Estados Unidos, reveló en 2014 el descubrimiento dentro de una cueva inundada de un esqueleto femenino, bautizado como “Naia” por las náyades, ninfas acuáticas de la mitología griega, con antigüedad aproximada de 12.000 a 13.000 años.
Los estudios de ADN mitocondrial lo colocan como el eslabón que vincula a los primeros pobladores de América con los grupos indígenas contemporáneos de este continente.
“La riqueza patrimonial de las aguas en México es inmensa; lo que vamos conociendo es sorprendente”, destacó Luna, quien también ha dedicado su trabajo a la defensa de patrimonio sumergido en aguas mexicanas, como vestigios de embarcaciones hundidas con cargas de oro, plata o piedras preciosas que “han sido motivo de codicia”.