SONORA
A pesar que continúan padeciendo graves enfermedades y que en la mayoría de los afectados en su salud por el derrame tóxico de la mina de Grupo México son niños y ancianos, las autoridades del Gobierno federal permitieron que la empresa responsable cierre definitivamente la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora (UVEAS).
Según el Convenio de Concertación de Acciones del Fideicomiso Río Sonora, firmado entre Comisión de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y Grupo México, la UVEAS que sería una clínica permanente para la atención de las víctimas, que se quedó en obra negra y que funcionaba en una casa habilitada como consultorio, cerrará sus puertas de manera definitiva el próximo 6 de agosto, justamente al cumplirse cinco años del que es considerado como el desastre ambiental más grave en la historia de la minería nacional.
Los registros oficiales de COFEPRIS y Grupo México reconocen que existe 381 personas con metales pesados en su organismo por el derrame de la mina Buenavista del Cobre, en un recorrido por los pueblos del río Sonora, Excélsior constató que ante el desdén de la empresa y el gobierno muchas familias están optando por migrar de la zona para evitar que sus hijos continúen expuestos a la contaminación.
El diagnostico ambiental de la cuenca del río Sonora, elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por solicitud de Grupo México, establece que más del 70 por ciento de la población infantil en San Felipe de Jesús podría tener altos niveles de plomo en sangre superior a 10 microgramos por decilitro que representan un riesgo a su salud.