Redacción / Grupo Cantón
Alicia Matías, “la abuelita heroína”, fue despedida con música y amor. Familias exigen justicia por la tragedia de La Concordia.
México.- La tragedia que sacudió La Concordia sigue dejando huellas profundas. Este fin de semana, familiares y amigos despidieron con dolor a Alicia Matías Teodoro, la abuelita que protegió con su cuerpo a su nieta de dos años durante el incendio provocado por la explosión de una pipa el miércoles pasado.
Rodeada de su familia y con música de estudiantina, Alicia fue recordada como una mujer valiente, amorosa y trabajadora. Sandra, su hermana, contó que la pérdida ha sido devastadora y que sus padres han enfermado por el impacto emocional.
“La abuelita heroína”, como ya la llaman muchos, se convirtió en un símbolo de amor y protección. Su gesto tocó a miles y generó una ola de solidaridad en redes sociales y comunidades cercanas.
“Todo lo que ella dejó como ícono de su nieta se ha transmitido; el amor que demostró ha llegado a tocar los corazones”, dijo Sandra.
La familia ahora espera que la empresa responsable del siniestro, Transportadora Silza (filial de Tomza), asuma su responsabilidad por las muertes y lesiones provocadas.
Otras víctimas: duelos en Texcoco e Ixtapaluca
A la tragedia también se sumaron las muertes de José Gabriel Hernández, de 17 años, y Juan Carlos Bonilla Sánchez, de 41, quienes fallecieron tras días hospitalizados por las graves quemaduras sufridas en el incendio.
Juan Carlos, comerciante, regresaba de la Central de Abasto junto a su hijo cuando fue alcanzado por el fuego. Su cuerpo llegó la noche del sábado a su casa en Texcoco, donde se realizó una misa y posterior sepelio. La familia pidió mantener el funeral en privado y señaló que ningún representante de la empresa ha acudido a ofrecer apoyo o disculpas.
El cuerpo de José Gabriel, estudiante del Cecyt 7 del Instituto Politécnico Nacional, fue velado en su domicilio en Ixtapaluca. La familia también eligió un funeral reservado. Vecinos lo recordaron como un joven respetuoso, amable y honesto.
“Era un amor. Callado, trabajador. Le daba cambio de más y me lo regresaba”, relató conmovida María Eugenia Morales, vecina del joven.
