En abril de 1936 Plutarco Elías Calles, el llamado jefe máximo de la Revolución Mexicana, volaba en un pequeño avión militar hacia California, aquel vuelo no fue ni diplomático ni de asueto. El nuevo presidente, un joven militar michoacano de 39 años, de quien Calles pensó que sería otro presidente laxo, acababa de expulsarlo del país. Aquel joven, el general Lázaro Cárdenas, se convertiría en una figura central en la construcción del Estado mexicano.
En México, la crisis económica de 1929, conocida como la Gran Depresión, coincide con la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y con las épocas en las que Plutarco Elías Calles dominaba absolutamente el panorama político posrevolucionario. Esta crisis internacional, derivada en el nacionalismo y radicalismo a escala global, motivó uno de los puntos de quiebre de la historia de México: la expropiación petrolera.
El derrumbe de las expectativa en el mercado mundial hizo que en México, como en otras partes del mundo, la intervención del Estado a través del gasto público y la radicalización del discurso gobernante dominaran la esfera política.
Cuando Cárdenas tomó el poder en 1934, el socialismo ya había sido ampliamente difundido y se materializaba en el panorama público. De aquel año datan la Nacional Financiera, el Fondo de Cultura Económica, la Comisión Federal de Electricidad, el Código Agrario, que especificaba la entrega de tierras, y la reforma constitucional que establecía la educación socialista. Mientras que la estructura callista se adelgazaba en el gobierno, Lázaro Cárdenas se aliaba a fuerzas nacientes y emprendía la institucionalización de la Revolución Mexicana. Pero para eso era necesario desterrar al último caudillo.
Por su parte, el conflicto entre trabajadores petroleros mexicanos y las empresas extranjeras, en particular las estadounidenses y británicas, había escalado hasta llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 1937, que falló a favor de los trabajadores el año siguiente. Ante la negativa de las empresas a acatar la decisión del máximo órgano de justicia nacional, el presidente Cárdenas anunció por cadena nacional, la noche del 18 de marzo de 1938, la Ley de Expropiación que daría origen a Petróleos Mexicanos (Pemex) en 1940.
