REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.— Julio César Chávez Jr., hijo del histórico campeón mundial de boxeo, enfrenta una grave acusación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), que lo señala como presunto colaborador del Cártel de Sinaloa (CDS), específicamente como un violento “ajustador de cuentas” al servicio de la organización criminal.
De acuerdo con información publicada por el diario Reforma, la FGR sostiene que Chávez Jr. habría sido utilizado por el grupo liderado por Los Chapitos para castigar físicamente a integrantes que cometieran errores o pusieran en riesgo la operación del cártel. La fiscalía lo describe en documentos oficiales como un “vil esbirro” que ejecutaba golpizas por encargo.
La acusación se hizo pública tras el arresto del exboxeador el pasado 2 de julio en Estados Unidos, donde ahora enfrenta un proceso de deportación acelerada. El expediente judicial incluye intervenciones telefónicas entre presuntos miembros del cártel, en las que se detalla cómo Chávez Jr. habría sido convocado para aplicar castigos físicos.
En una de las conversaciones, un interlocutor identificado como HNI2 narra que Néstor Ernesto Pérez Salas, alias El Nini —exjefe de seguridad de Los Chapitos, actualmente extraditado a EE. UU.— ordenaba “colgar” a un subordinado y llamaba a Chávez Jr. para propinarle una golpiza.
“Para eso le habla al Julio, para pegarle una verguiza, que los cuelga, y este (Julio César) los agarra como costal de box”, señala el informe de la FGR. El mismo interlocutor afirma que Chávez Jr., a pesar de haber sido duramente golpeado por Saúl “Canelo” Álvarez en una pelea de 12 rounds, tiene una resistencia física considerable: “Imagínese los vergazones que les pega… si aguantan los golpes de ese bato los va a dejar ahí, y si no, pues se van a morir”.
Otra conversación interceptada entre Marx García Rodríguez, alias El 22, y Germán González Monjaraz menciona al exboxeador como parte del círculo cercano de El Nini, junto a figuras conocidas como Markitos Toys y El Gordo Toys. “Que cuando lo han mandado a llamar en la noche ahí están”, refiere el documento.
Además de las intervenciones telefónicas, la FGR se apoya en antecedentes migratorios provistos por las autoridades estadounidenses y en el historial de detenciones de Chávez Jr., incluyendo un arresto por conducir bajo los efectos del alcohol.
Según Reforma, desde 2023 existía ya una orden de aprehensión en su contra, aunque el exboxeador residía en Estados Unidos en ese momento. Hasta ahora, ni Chávez Jr. ni sus abogados han emitido declaraciones públicas respecto a las acusaciones. La familia del pugilista, sin embargo, ha expresado anteriormente su confianza en su inocencia.
La investigación pone en el centro del escándalo a una de las figuras más reconocidas del boxeo mexicano reciente, y plantea interrogantes sobre los vínculos entre el mundo del espectáculo y el crimen organizado.
