Ciudad de México
EL NAIM, un mal negocio para México, es un estudio que presentó en días pasados la Organización No Gubernamental de transparencia, rendición de cuentas empresarial Project PODER, en donde exponen datos y análisis sobre el financiamiento, el aval, los contratos y la viabilidad del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México que se construye en Texcoco.
El estudio, cuya copia posee Grupo Cantón, arroja que, en las proyecciones de costos, para finalizar la primera fase, hay divergencias, pues la Secretaría de Hacienda y Crédito Público “proyecta un costo de 195 mil millones de pesos, el GACM (Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México) y Parsons 285 mil millones y la Academia de Ingeniería 440 mil millones”.
Anota que, en 2014, se proyectó para toda la obra la cantidad de 169 mil millones de pesos. “La SHCP sólo explica el incremento por inflación, GACM y Parsons lo ligan al tipo de cambio y AI hizo un estudio para dictaminar ese monto”.
De igual forma, el documento precisa que el GACM y la SHCP “están maquillando los costos para defender la viabilidad” del Nuevo Aeropuerto, pues “una actualización de costos y beneficios podría hacer la obra inviable conforme a la ley.
Aún más, detalla que, de acuerdo a la ley, se debería recalcular la viabilidad, a través de la Tasa Interna de Retorno Social, cuando una obra supera los tres años de retraso o el 10 por ciento de sobrecosto. Y el NAIM ha superado ambos.
Sobre los contratos y convenios adjudicados sin concurso, se contabiliza que en total se han realizado 536 contratos para el NAIM, pero casi el 65 por ciento se han adjudicado sin concurso, “sin que en los datos de contrataciones abiertas se justifiqué el por qué, tal y como marca el estándar internacional de datos”.
Es decir, de 536 contratos otorgados para el nuevo aeropuerto, 344 no se sometieron a concurso.
LOS MACROCONTRATOS
Otro punto que encontró el estudio, es que el 78 por ciento del total del importe contratado está concentrado en sólo 15 contratos. “Estos macrocontratos son para el edificio terminal, las pistas, gerencia, arquitecto maestro, limpieza de terrenos, barda perimetral, torre de control, supervisión técnica, subestaciones eléctricas, proyecto ejecutivo, seguridad de la obra, pilotes para torre de control y subcontratación de personal técnico y administrativo”.
Uno de los puntos oscuros hallados, es que el NAIM publica la empresa que gana el contrato, pero no quién es el propietario de ella. “Esto dificulta la rendición de cuentas y propicia la corrupción”. Los autores del estudio anotan que a través de algunas bases de datos han conseguido mapear 552 relaciones empresariales.
Al cruzarse los datos y revisar los contratos, la ONG encontró que sólo cinco empresarios controlan el 55 por ciento de la construcción.
Así: ICA, de Bernardo Quintana Isaac, con 24 mil 720 millones 550 mil 262.73 pesos; Grupo Carso y empresas asociadas a la familia de Carlos Slim Helú, con 21 mil 250 millones 897 mil 901. 25 pesos; Grupo Hermes, de Carlos Hank Rhon, con 18 mil 854 millones 587 mil 33.25 pesos; Prodemex y Grupo Empresarial Ángeles, de Olegario Vázquez Raña, con 10 mil 372 millones 332 mil 335.25 pesos, y GIA+A, de Hipólito Gerard Rivero, con 10 mil 371 millones 749 mil 601.25 pesos.
Y entre otras cuestiones, los resultados de las investigaciones demuestran que: • La SCT y el GACM han ideado un esquema de financiamiento que utiliza la figura de fideicomisos privados para ocultar la utilización de recursos públicos como medios de pago de los créditos para la construcción del NAIM.
- La SHCP y el GACM evitan actualizar la Evaluación de Costo y Beneficios del NAIM, que con el aumento de 69% de los costos del NAIM lo haría socioeconómicamente inviable.
- La mayoría de los contratos para la construcción del NAIM (casi 65%) no se licitaron, lo que no cumple con los estándares internacionales en términos de compras públicas, transparencia y contrataciones abiertas, dificultando conocer a los beneficiarios reales de la obra.
- La composición del directorio y consejo de administración del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México muestra problemas de gobernanza, vigilancia y control, conflicto de interés y funcionarios relacionados con gobiernos acusados de hechos de corrupción.
Por ello, estas observaciones muestran un patrón de comportamiento opaco del GACM, “quien no realiza una debida diligencia adecuada según los estándares recomendados en instrumentos de empresas y derechos humanos, aumentando de esta manera la posibilidad de violaciones a los derechos humanos a lo largo de toda la cadena de suministro de la construcción del NAIM”.
Peor aún, se exhibe una opacidad total en temas de financiamiento de la obra y se concluye que es un negocio financieramente inviable.