* Reconoce Sheinbaum que el hecho le duele profundamente
* Responde a Petro con firmeza; niega vínculo con el grupo M-19
* Defiende la presidenta las licitaciones de aduanas sin titubeos
Juan R. Hernández / GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- Las luces de los reflectores no solo calientan el Salón Tesorería, también encienden los ánimos de la competencia diaria por las preguntas en la conferencia matutina. “¡Del tema, del tema!”, gritaba una reportera que se autoproclamaba especialista en salud, luego de acumular cinco intentos fallidos para captar la atención presidencial.
A su lado, otros reporteros en primera fila luchaban con insistencia por colocar sus asuntos en la agenda, mientras algunos más, con resignación y sonrisa optimista, asumían que “hoy no les tocó” y que mañana habría revancha.
El ambiente se tensó con el tema que acaparó reflectores: el asesinato de los ciudadanos colombianos Bayron Sánchez y Jorge Luis Herrera Lemos. Claudia Sheinbaum descartó que el crimen dañe las relaciones con Bogotá. “Es un lamentable suceso y se investigará a fondo”, señaló. También aclaró que nunca formó parte del M-19, como afirmó el presidente Gustavo Petro en una declaración previa. “No voy a entrar en debate con él”, dijo con firmeza.
Otro episodio doloroso marcó la agenda: la violencia en la UNAM. La mandataria lamentó el asesinato de un estudiante del CCH Sur y las lesiones a un trabajador. Como egresada universitaria, reconoció que el hecho le duele profundamente. “La SEGOB ya apoya a la UNAM y a las familias de las víctimas”, afirmó, al tiempo que subrayó que la autonomía universitaria obliga a esa casa de estudios a reforzar sus propias normas para impedir el ingreso de armas.
La Jefa del Ejecutivo también paró en seco cuestionamientos sobre presuntas irregularidades en contratos aduaneros. “No hay ninguna ilegalidad en los contratos asignados por la Agencia Aduanal; quienes pierden las licitaciones son los que protestan”, respondió con tono cortante.
Mientras tanto, un reportero de Hidalgo no dudó en confrontar a colegas por “acaparar” la palabra cuando les toca turno, recordando que la competencia por un espacio en la mañanera es tan feroz como la cobertura misma.
En la lucha diaria por la voz, cada intervención es un pulso entre insistencia y paciencia. Y cuando los reflectores se apagan, queda claro que en Palacio Nacional la consigna es simple: hoy puede que no toque, pero siempre habrá un mañana.