En el nuevo recinto ubicado en Sinaloa se puede apreciar desde una réplica de la carpintería donde aprendió a tallar la madera, hasta varias de las vestimentas que usó en sus más exitosas cintas de la Época de Oro del cine mexicano
El antiguo jeep Willis con motor número 24876, adquirido por Pedro Infante Cruz en 194 en tres mil pesos, en Ciudad Juárez, Chihuahua, forma parte del acervo de su vida personal que se exhibe en el nuevo museo abierto en su memoria, en la ciudad de Guamúchil, donde paso su niñez, juventud y tuvo su primer romance.
Ubicado, casi a las faldas de la cortina de la presa hidráulica “Eustaquio Buelna”, en el municipio de Salvador Alvarado, el nuevo museo, concentra desde un piano, carteles originales de sus películas, discos, libros, hasta una replica del taller de carpintería donde trabajó.
Su hija, Guadalupe Infante Torrentera prestó varios de los recuerdos que se exhiben de uno de los ídolos mas queridos de México.
A sus 101 años de edad, Jesús Bustillo Salomón, quien entablo una larga amistad, con Pedro Infante, desde muy pequeños, cuando este ingresó al taller de carpintería de su padre, ubicada muy cerca del centro de Guamúchil, lo recuerda como un hombre limpio, cariñoso y afable con todos.
Bustillos Salomón, hijo de Jerónimo Bustillos, quien enseño al ídolo del cine mexicano de la época de oro el tallar de la madera, revivió sus recuerdos de su infancia, en la que ambos, contribuían al gastos de sus respectivas familias.
El antiguo Jeep, adquirido por el cantante mexicano, en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 19 de junio de 1947, desde el año de 1970, pertenece a Cristóbal Félix Inzunza, vecino de la ciudad de Guamúchil, quien confesó que ha recibido tentadores ofertas por su venta.
A sus casi 78 años de edad, no desea venderlo, por lo que lo entregó al nuevo museo, en comodato para que este sea visto por los miles de seguidores del cantante y actos que vive en los corazones de los mexicanos y que lo tienen presente desde su muerte en un accidente aéreo en 1957.
En el nuevo museo, se pueden apreciar las semblanzas de la vida de Infante Cruz, nacido el 17 de noviembre de 1917, en la calle Constituciòn número 1108, de la ciudad de Mazatlán, en el seno de una familia humilde que se trasladó a la ciudad de Guamúchil.
Sus padres, Delfino Infante García y Refugio Cruz Aranda, tuvieron quince hijos, el cuarto de ellos fue Pedro, quien durante parte de su infancia y juventud, fue carpintero, empleado de un negocio agrícola, peluquero y cantante.
Una de las crónicas de su vida, en la ciudad de Guamúchil, en el municipio de Salvador Alvarado, reseñan que a la edad de 17 años, tuvo su primer romance, con la joven, Guadalupe López, con quien tuvo una niña, paternidad que ocultó por varios años.
Pese a que sólo curso hasta el cuarto año de primaria, este estudio música, influenciado por su padre que tocaba varios instrumentos, por lo que se inició como vocalista de varias orquestas y en una banda que tuvo como nombre “La Rabia”.
En el recorrido de su nuevo museo, Guadalupe Infante Torrentera recordó que su padre protagonizo más de 66 películas, entre 1939-1957 y grabo en estudio 334 canciones, sin contar sus presentaciones en público.
Tras incursionar en el cine, alcanzó su papel principal, en la película, “La Feria de las Flores”, en 1934.
Como parte de los festejos del centenario de su nacimiento, el viernes pasado, en la ciudad de Guamúchil, se celebró el sorteo superior 2531, cuya expedición de dos millones 400 mil billetes de lotería.
En el nuevo museo, poster impresos de sus películas que inmortalizó y mucha de la vestimenta que uso en algunas de ellas, como “Nosotros los pobres”; “A Toda Máquina”, “Los Tres García”; “La Oveja Negra”, “ Tizoc”, entre otras forman parte del legado que puede ser adquirido del ídolo mexicano.