La agresión física es una respuesta a un sentimiento de frustración que el niño utiliza para hacer valer su voluntad.
En ocasiones, puede que el pequeño se muestre agresivo con mamá, ya que es la persona más cercana, con quien tiene más confianza.
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Alrededor de los dos años y medio, cuando el pequeño se muestre agresivo y rabioso, puedes utilizar la técnica del “fuera de juego”.
Que consiste en apartarlo durante un período de tiempo determinado.
Esta separación temporal puede consistir, simplemente, en decirle que se quede en su habitación hasta que se calme.
Con el tiempo, aprenderá a gestionar sus emociones y a expresarlas de forma adecuada.
Si la situación te supera…
Lo mejor es encontrar una salida.
Puedes pedir ayuda a un familiar de confianza, que se ocupe del pequeño unas horas, para poderte tomar un descanso que, seguramente, necesitas.
También es bueno que hables con tu pareja y juntos, decidan qué hacer.
¿Cuándo acudir a un experto?
Si te ves superada por la situación y necesitas respuestas a tus dudas sobre cómo actuar con tu hijo agresivo, lo mejor es que lo consultes con el pediatra.
De lo contrario, la situación empeorará.