Vivimos en un Estado en el que la mezcla de culturas es abundante, no sólo de personas que ya radican aquí, sino también de turistas que vienen a visitarnos de todas partes del mundo.
Es importante por lo tanto tener una variedad gastronómica que interese a todo tipo de gustos y preferencias y que por supuesto, sea preparada de manera adecuada.
Una de las culturas que ha llegado a nuestro país desde la época del imperio español ha sido la italiana, siendo los frailes franciscanos y dominicos los primeros en arribar. De esta manera, sus conocimientos culinarios iniciaron su historia con nosotros. Hablaré entonces de uno de los platillos clásicos y de los más famosos de su cocina, los ravioles, palabra que significa “plegado”. Existe la teoría de que dicha pasta fue llevada a Italia desde China por Marco Polo, aunque hay las que aseguran que son autóctonos de Italia.
En el centro de Cancún, hay un restaurante llamado “La Dolce Vita”; el cual desde 1983 nos degusta con recetas italianas de un magnífico sabor. Con ellos tuve la oportunidad de probar los ravioles con queso ricotta y espinacas, bañados con una salsa de tomate. Probablemente estemos ya acostumbrados a comer pastas, pero la textura y el sabor de este platillo en particular, me hizo sentir cómo lo suave del queso y un poco la acidez del tomate, recorrían por completo mi paladar. El juego que hacen con las especies es perfecto y la consistencia que tiene te hace sentir no poder parar de comerlo. Como toque especial, si permites que agreguen queso parmesano rallado al instante encima de los ravioles, mejora aún más la calidad.
