Un límite le dice al niño: “Hasta aquí puedes llegar, más allá no”. La norma es la forma en que se traducen los límites en la práctica.
Por ejemplo, en una casa la norma puede ser comer toda la familia junta, mientras que en otra puede ser que los niños lo hagan llegando de la escuela y los padres en la noche. Cada familia establece sus propias normas de convivencia.
Los límites proporcionan seguridad al niño para enfrentarse al mundo. Las normas marcan la organización necesaria para que una familia y, por extensión, cualquier otra forma de convivencia funcionen.
A través de las normas el pequeño aprende qué está permitido y qué está prohibido, para eso es necesario decirle “No” y mantenerlo siempre que sea necesario.
Sabemos que es un poco difícil mantener esta postura, pues con sus sonrisas y lágrimas suelen convencer para llegar a su objetivo; por ello debemos tener siempre claro que es lo que nosotros, como padres o maestros, queremos inculcarle.
Una buena técnica para implementar límites en casa es la estructuración de una RUTINA.
Todos inconscientemente manejamos una rutina… me levanto, desayuno, asisto al trabajo, los niños de la misma manera tienen una rutina establecida, lo recomendable para la formación de límites es que ellos logren concientizar sus tiempos de sus actividades y esto lo podemos lograr a través de imágenes en la pared, todo de manera visual, de preferencia no utilizar palabras.
Les propongo realizar un proyecto familiar, en donde todos los integrantes participen, decoren en láminas lo que hacen y las actividades diarias que realizan y los tiempos que cada una conlleva, de esta manera al niño lo haremos responsable y autónomo de sus actividades.
Y lo único que nos corresponde a nosotros es ayudar a recordar que sigue en su rutina. Verán que poco a poco está rutina se convierte en hábitos; y las normas y límites que establecieron ya estarán instaurados.
Es importante que al realizar esta actividad se haga en un ambiente de juego y diversión familiar.
