Luis Barragán es un orgullo mexicano, ganador de un premio Pritzker y sin duda alguna uno de los arquitectos más influyentes de la modernidad mexicana. Sin duda alguna, no se equivocaba en lo que ahora deja como aportación cultural, su legado, su ideología.
La arquitectura siempre parte de ver, del análisis, de la observación, sin duda alguna un buen análisis del contexto, de la situación, de la problemática, nos lleva a reducir el rango de error que existe en cualquier caso que involucre cambios.
En Chile se pretende implementar un proyecto denominado “Calles compartidas” cuya iniciativa radica en promover la manera en que son concebidos los espacios públicos, convirtiéndolos en áreas seguras entre distintos medios de transportación, de este modo estarían cambiando lo que ya pudiese ser a nivel un paradigma, como es en este caso, la movilidad que predomina en varias ciudades del mundo, teniendo como objetivo principal el tener espacios públicos por y para las personas, y no en el automóvil que es el protagonista de nuestras ciudades.
Con dicho planteamiento, no sólo tendremos un espacio que cuide y de su lugar al usuario, sino que de igual forma, tendremos una respuesta positiva ante la situación del cambio climático.
Este ejemplo no es precisamente novedoso, ya que existen varias ciudades alrededor del mundo que ya ocupan calles o como el artículo denomina “Espacios compartidos” de manera permanente, en Australia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.
En Chile, esto comienza como un plan piloto en uno de los Distritos en especial para determinar la viabilidad del proyecto, que será monitoreado por asociaciones y laboratorios de tácticas y herramientas para el urbanismo ciudadano.
Lo más atractivo, es que pretenden convertir estas áreas en verdaderos malecones donde se puedan encontrar actividades comunales y hasta talleres.
Este proyecto, pretende comenzarse en menor escala, pero conforme se pueda apreciar el resultado de impulsarlo, lo harán más grande e incluirán a ciudades vecinas promoviendo la sustentabilidad, haciendo conscientes a las actuales y futuras generaciones de las ventajas de utilizar sistemas como los propuestos en este ejemplo.
En nuestra ciudad podíamos encontrar hace algunos meses iniciativas dónde cerraban principales avenidas de la ciudad para convertirlo en áreas para conducir en bicicleta, caminar y hacer lugares de interacción social, sin embargo, lentamente se fueron haciendo más lejanos las fechas de realización, hasta convertirse en nulas.
Creo que tenemos hoy en día la oportunidad de crear espacios dignos para los usuarios que se puedan usar como ejemplo para construir una mejor ciudad, un mejor estado, un mejor México.