Cambio de estación y momento de hacer limpieza para que guardes aquellos edredones que usas en invierno. Qué mejor forma de recibir al buen tiempo que con una puesta a punto de nuestro hogar.
1. Planificar. No pretendas hacerlo todo de una vez, porque es imposible. Para no agobiarse y hacerlo sin darte cuenta lo mejor es marcarse un plazo asumible como unas dos o tres semanas. Pide ayuda y no pretendas hacerlo tú sola. Primero limpia lo que está más sucio para acabar con lo que limpiamos más a menudo. Empieza de arriba abajo, si tu casa tiene dos plantas comienza por la superior y limpia antes la parte de arriba de los muebles.
2. Prepara los útiles de limpieza. Lo primero es agruparlos cerca de la habitación que vayas a limpiar, así no tendrás que ir y venir todo el tiempo.
3. ¡A limpiar! Las paredes. Si la pintura es lavable, las podrás limpiar con jabón neutro.
Los techos. Aparte de polvo siempre hay alguna pequeña telaraña que quitar. Aunque puedes hacerlo con aspiradora, también puedes usar un cepillo de mango largo que cubras con un paño, que puedes anudar o sujetar con pinzas o gomas elásticas.
Las puertas. Debes tomar en cuenta el material de que están hechas y seguir las instrucciones para limpiarlas.
Los muebles. Hay que nutrirlos porque las calefacciones suelen secarlos. También es el momento para revisarlos por si hay que darles cera o algún otro producto específico que le renueve el aspecto.
Las cortinas. Como con este tiempo se secan más rápido las puedes tender recién sacadas de la lavadora y te ahorras planchar.