Bueno, hay toda una industria de la moda para mascotas. Claro, las playeras, los suéteres y las chamarras son lindos ¡y tu perrito se ve súper guapo!
A decir verdad, en la época de frío, hay algunos perritos que sí los necesitan. Tal vez no en el trópico, pero hay muchos estados del país en los que la temperatura baja considerablemente durante el otoño y el invierno.
Los perros grandes, con pelaje denso, ¡son felices en ese clima! Imagina un husky siberiano o ¡un pastor belga! O incluso un labrador.
Para los perritos pequeños, el clima frío es una pesadilla.
En primer lugar, tienen pelaje delgado, en segundo lugar, tienen una gran superficie corporal, por la que pierden calor rápidamente y en tercer lugar, viven en lugares que pueden ser húmedos y fríos.
Muchos perros de raza pequeña pueden tener pelo largo, pero es delgado y escaso. Parecen muy peludos, así que pensamos que no pasarán frío. Pero si los has visto mojados, piensa en lo fácil que es ver su piel. Un yorkie, un chihuahueño, un maltés…
Ese precioso pelo largo no los protege mucho.
Por otro lado, tienen una superficie corporal grande, en relación con su masa corporal.
Esto significa que el calor de su cuerpo se disipa más rápidamente, es decir, se enfrían más rápido. Por si esto fuera poco,están más cerca del piso, que está más frío.
Los suéteres y los abrigos no son solo prendas de moda. También cumplen una función. Encuentra uno que le sea cómodo y le permita mover sus cuatro patas sin irritarlo.
Mide sobre todo su pecho, para que de ningún mido le dificulte respirar.
No esperes a ver a tu perrito tiritar de frío para ponerle un suéter. Y asegúrate de que cuente con una camita calientita.
Siempre hacemos énfasis en proteger a tu mascota del calor y sus peligrosas consecuencias. Pero el frío también es peligroso y hace sufrir a tu perrito.
La primera vez que le pones un suéter, el perrito puede sufrir de una “parálisis” temporal… Se resisten a moverse, como si no supieran qué hacer. Deja que se acostumbre a su nueva prenda.
Entrénalo a aceptar su suéter. Pónselo y dale un premio.
Luego quítalo e inténtalo de nuevo en un par de horas. Así, poco a poco, se irá acostumbrando.
Puede ser que tardes unos días en el proceso, ¡no te desesperes!