Entrenar a tu gato para pasear con correa, como lo harías con un perro, es totalmente posible.
Cada día, más y más personas cobran conciencia de que sus gatos NO DEBEN SALIR A LA CALLE SOLOS, primero, porque es muy peligroso para ellos y segundo, porque los gatos en la calle representan un peligro para muchas especies de aves, reptiles y mamíferos a las que devoran y depredan.
Mientras tu gato observa con añoranza a través de la ventana, extrañando sus paseos callejeros, piensa que tú podrías entrenarlo para disfrutar de un rato al aire libre juntos. No te mentiré, como cualquier programa de entrenamiento, se requiere de trabajo arduo, dedicación y MUCHA paciencia.
El primer paso es adquirir una pechera adecuada para tu gato. Los collares no son una buena opción para esta tarea. En cambio, un arnés te permitirá controlar a tu gato sin ahorcarlo. Recuerda que tu minino puede tardar incluso algunas semanas en acostumbrarse a esta nueva prenda.
Comienza con colocarle el arnés en casa, por minutos al principio. Intenta distraerlo con juguetes o juegos cuando se incomode. Poco a poco, se irá acostumbrando. El entrenamiento debe ser repetitivo, así que hazlo TODOS los días y recompénsalo con algún premio.
Una vez que se haya habituado al arnés, puedes comenzar a usar una correa ligera. Permítele deambular dentro de casa con la correa, de preferencia tú camina detrás, para que se vaya acostumbrando también a tu presencia. No jales la correa, más bien sigue tú a tu gato y recuerda: los animales (y las personas) aprenden por REPETICIÓN, REPETICIÓN, REPETICIÓN. Y claro, un refuerzo positivo. Procura que las sesiones duren unos 20 minutos y que sean placenteras.
Finalmente, ya están listos para salir a la calle. Al inicio, tal vez sea mejor quedarse en el quicio de la puerta, mientras tu gatito se acostumbra al nuevo entorno. Cuando comience a mostrar interés por explorar, inicia las sesiones de entrenamiento en algún sitio exterior que sea tranquilo. Puedes llevar contigo su transportadora, de manera que si se asusta, pueda esconderse en su lugar seguro.
Cuando se sienta seguro, tu gato te indicará si ya está listo para pasear por las banquetas. Recuerda ir a paso lento, reforzar y premiar las conductas que deseas.
Eso sí, nunca esperes que tu gato se comporte como un perro con correa.