La próstata es una pequeña glándula, en forma de canica, que se encuentra rodeando a la uretra en su salida de la vejiga. Produce un líquido que protege a los espermatozoides y es parte importante del líquido seminal.
Los perros que con mayor frecuencia presentan problemas prostáticos son los de edad media a avanzada, que no han sido esterilizados. El padecimiento más común es la hiperplasia prostática benigna o HPB. En este caso, la glándula aumenta de tamaño por la exposición contínua a la hormona sexual masculina o testosterona. Pero también puede aumentar de tamaño por otras causas, como las infecciones (prostatitis) o el cáncer prostático.
Independientemente de la causa, los signos se relacionan con el aumento de tamaño de la próstata, que puede ocurrir en cualquiera de las tres condiciones:
– Dificultad para orinar y defecar, pues la próstata puede apretar la uretra o ejercer presión sobre el recto.
– Los perros orinan con más frecuencia, pero en pequeña cantidad.
– La próstata, cuando se agranda, puede presionar a los nervios pélvicos, produciendo dolor o dificultad para apoyar las patas traseras.
En los casos de prostatitis o cáncer prostático puede presentarse también fiebre, depresión y falta de apetito.
Los perros con prostatitis pueden tener infecciones recurrentes de las vías urinarias, y se puede observar presencia de sangre o de pus en la orina o en el pene.
Tu médico veterinario puede determinar el tamaño, la forma y la presencia de inflamación en la próstata, mediante un sencillo examen, que consiste en una palpación rectal.
Si lo considera necesario, hará un estudio radiográfico o un ultrasonido, así como un examen de orina, para descartar la presencia de células inflamatorias o cancerosas y bacterias.
Es importante saber que la parte más importante del tratamiento es la castración, ya que se reduce el tamaño de la glándula con HPB y prostatitis.
Si la glándula está infectada o presenta abscesos, seguramente tu veterinario le prescribirá a tu perro un curso prolongado de antibióticos.
El cáncer prostático puede ser muy agresivo y de difícil tratamiento. La buena noticia es que la mayoría de las veces, los problemas prostáticos pueden evitarse si esterilizas a tu perro a una edad temprana.