Una vez en casa, asegúrate de que tu paciente se encuentre en un sitio fresco, ventilado y tranquilo. Nunca lo dejes fuera de casa, en el patio o en el jardín. Debe estar en el exterior únicamente para hacer sus necesidades, y siempre llévalo con correa.
Considera que puede necesitar ir al baño con más frecuencia de la normal. Tampoco lo dejes con tus otras mascotas, pues pueden lastimarlo o lamer su herida e infectarla.
Vigila si está comiendo y tomando agua en forma normal y cualquier cambio repórtalo de inmediato a tu veterinario. Mientras se recupera, ofrece agua y alimento en pequeñas cantidades.
En ocasiones, tu veterinario podrá indicar “reposo de jaula” para tu mascota. Y aunque esto es difícil de aceptar para todos los miembros de la familia, debes entender que los médicos veterinarios sabemos lo que hacemos y queremos lo mejor para tu mascota.
Coloca dentro de la jaula un juguete favorito y algo para morder. Y puedes poner la jaula en un sitio de la casa con mucho “tránsito” de personas, para que se mantenga entretenido. O dejar la tele o el radio encendidos.
Lo mismo ocurre con el collar isabelino o mal llamado “cono de la vergüenza”. No puedes imaginarte cuántas veces me dicen los familiares que “lo retiraron únicamente para que pueda comer” y el perro o gato (o loro, para el caso) llega a la clínica con la herida abierta e infectada.
Esto implica un retroceso muy importante en su curación y genera un sufrimiento adicional y totalmente inecesario para tu mascota. A nombre de ella, y el mío, te pido que no le retires el collar isabelino sin autorización del veterinario. Al elegir el tamaño del mismo, hemos calculado que tu pacientito pueda comer y tomar agua y, te aseguro que tardará unos minutos en acostumbrarse a deambular con él.
Por favor, no boicotees la recuperación de tu mascota.
En cuanto a los medicamentos, recuerda darle la dosis con la frecuencia indicada en la receta. No modifiques NADA sin consultar con el médico veterinario.
Recuerda que la recuperación de tu mascota depende del tipo de cirugía a la que fue sometida, pero sobre todo, de tus cuidados.