En nuestra clínica, SIEMPRE utilizamos las técnicas de manejo que produzcan el menor estrés posible en las mascotas, sean perros, gatos, aves o cualquier otra especie. Para nosotros, es un aspecto prioritario, pues cuando un animal es sometido a una situación de estrés, ya sea real o imaginaria, ocurren cambios en su organismo, ya que el cuerpo se prepara para huir o atacar.
Durante una situación de estrés, el sistema nervioso de tu mascota libera una variedad de sustancias, que tienen un efecto importante en muchos órganos y sistemas del cuerpo y facilita la utilización inmediata de energía y oxígeno durante una emergencia o durante lo que tu mascota interpreta como una amenaza.
También se altera la circulación sanguínea, ya que la sangre se desviará hacia los tejidos que son indispensables para el movimiento inmediato. Pero cuando el estrés es crónico puede tener un efecto muy negativo sobre el organismo. Se producen problemas digestivos, disminuye el crecimiento, afecta la respuesta inmune, la reproducción y la percepción del dolor.
Por esta razón es indispensable manejar a todas las mascotas de la forma más segura, con el menor estrés posible. Además, si el estrés es crónico y la respuesta al mismo se prolonga, cualquier sistema del organismo se verá afectado de forma patológica en mayor o menor grado, resultando en miopatía (daño muscular), que puede ser mortal, fatiga, hipertensión, anomalías digestivas, retraso en el crecimiento, inmunodepresión y aumento en la susceptibilidad a enfermedades.
Por otro lado, si continuamos con el manejo de tu mascota, aun cuando nos está mostrando claras señales de incomodidad y ansiedad, le estamos indicando que no comprendemos sus métodos normales de comunicación o que no nos interesa lo que trata de comunicarnos. Y en una situación así, buscará mandar señales más claras o contundentes, que no dejen lugar a dudas, como las agresiones: mordidas, rasguños, etc.
Algunas alternativas funcionan muy bien para estos casos, como los ansiolíticos, que, administrados antes de llegar a la consulta, pueden ayudar a calmar a tu mascota. El método más eficaz, sin duda, es el entrenamiento. Trae a tu mascota a consulta en firma regular, o incluso sólo de visita, para que se familiarice con el lugar, los médicos y los sonidos de otros animales. De esta forma, aprenderá que las consultas son hasta divertidas.
