Uno de los temas de fricción más importantes dentro de la pareja es el dinero, y cómo cada uno de los miembros de una relación dispone de él, es un escollo a manejar desde muy temprano.
Sea que los dos trabajen fuera o que uno se quede en casa, tener claro cómo se va a manejar el asunto financiero es muy importante. Al principio de la relación es algo de lo que no se habla, pero si realmente estás pensando en convivir o casarte, piensa en esto antes de dar el paso.
Nunca, bajo ninguna circunstancia, hagas valer tu dinero cuando no estás hablando específicamente del tema. “Yo soy el que trae el dinero a casa”, es muy hiriente dentro de una discusión.
Decide antes de casarte si quieres un régimen de bienes separados o mancomunados. No significa que no ames a tu pareja.
Diseñen una tabla con los gastos fijos que supone vivir juntos: renta, salidas, comida.
Decidan cómo pagar los gastos. ¿Pondrán ambos sus ingresos en la misma caja familiar? ¿Se encarga el que gana más? En el caso de que todo vaya a un mismo fondo, es necesario consultar con el otro a la hora de hacer un gasto personal significativo.
Tarjetas de crédito. O se dividen el pago de las tarjetas en partes iguales o cada uno corre con sus gastos a la hora de abonarla.
Cuentas bancarias. Una en común es muy cómoda si los dos miembros de la pareja tienen el mismo concepto de la economía doméstica.
Créditos e hipotecas. Tener una hipoteca juntos es como tener un hijo. Van a pasar unos 20 años de media antes de que desaparezca.
Compras grandes y significativas. Hay compras que significan más que un depósito económico. La compra de una casa es un paso inmenso en la relación y requiere de mucha confianza y un compromiso absoluto.
REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN