Gaby Del Valle
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Poltergeist
Mi esposo y yo habíamos peleado toda esa semana. No nos hablábamos y nos fuimos a dormir, en silencio. A las 3 de la mañana, se encendió la televisión de la sala, con el volumen muy alto. Nos asustamos y fuimos a revisar, pero nada. Apagamos el aparato. Al otro día, justo a las 3, lo mismo y al otro día se repitió, pero esta vez, escuchamos cómo se cayó algo pesado a la azotea. Mi esposo revisó y no había nada. Ya estábamos nerviosos, y yo más, porque él saldría de viaje al otro día. Para nuestro alivio, la noche fue tranquila y por la noche, mi esposo se fue. Yo estaba embarazada de mis gemelos y me movía muy pesada por la casa, y además, con el miedo, no quise salir de mi cuarto. Eran las ocho cuando me despertó un estruendo en la sala. No pude evitarlo, había olvidado lo de los otros ruidos y fui corriendo, para toparme con la sombra de un hombre que me recibió con un batazo. Me agaché asustadísima, y me quedé en el suelo por mucho rato, con los ojos cerrados. Cuando me levanté, no había ningún hombre, ni algo que hubiera causado el ruido.
Mi esposo llegó dos noches después, encontrándose con todas las luces de la casa encendidas. Le conté, cenamos y nos fuimos a dormir, encerrándonos. A las 3 en punto, se abrió la puerta del cuarto, despacio, alanzamos a escuchar un leve sonido que nos despertó. Abrimos los ojos para encontrarnos con una silueta que se nos vino encima con un bat… pero no pasó. Sólo era una presencia que ya no volvió, pero jamás olvidaremos. Cuéntame tu propia historia de fantasmas.
La maleta faraónica
En algunas localidades de Alemania, la gente prepara una maleta para emprender el viaje a la muerte. Seleccionan lo que les parece más preciado para hacerles compañía, y es una gran variedad de objetos. ¿Cuáles elegirías? ¿Qué sería lo más precioso para ti? Quizá una foto, un objeto cuya interpretación nada más comprendes tú, el anillo de bodas, una carta, un regalo. Sería sorprendente ver qué nos llevaríamos, y en este caso no es como un terremoto donde tomarías con suerte, las llaves; en este caso, sólo son los objetos que más amas y que serán tus compañeros en el viaje eterno.
