Comprender que los pensamientos que nos causan daño son completamente manejables por nosotros mismos es maravilloso. ¡Ponles atención!
Ellos son el motivo de tu sentir en cada momento, date cuenta de lo que estás pensando, la manera en que lo estás haciendo, y, poco a poco, al identificarlos, podrás percibir y modificar cada pensamiento que sea dañino para ti; busca las herramientas que te ayuden a dejar atrás los sentimientos y juicios negativos que te ocasionan problemas y que te hacen sentir dolor y angustia.
Es importante que abandones las creencias erróneas que tanto daño te han hecho en el pasado.
Si sientes, miedo, frustración, ansiedad, rencor, amargura y supones que estos sentimientos te han sido ocasionados por otra persona en alguna época de tu vida, en el pasado o en el presente, por tus padres, hermanos, pareja o alguna otra persona, esto no es realmente así, ¡no lo es!, porque lo que hace daño es la manera en que tú decides interpretar las situaciones que has vivido.
No fueron las personas o las situaciones las que te causaron dolor, ¡eres tú, solo tú! Eres tú la persona que está creando tu sufrimiento y tu dolor. ¡Eres tú con tus pensamientos! Eres tú al victimizarte y al lastimarte recordando una y otra vez hechos dolorosos del pasado permitiéndoles volver a producirte sufrimiento en el presente.
Eres tú al no saber perdonar, al añorar los hermosos momentos del ayer deseando que no hubieran terminado, sin aceptar que hay que vivir en el presente porque es todo lo que tenemos.
¡El pasado ya acabó, el pasado ya se fue! El pasado, pasado es; por más hermoso o triste que haya sido, ¡el pasado es pasado!