Dentro de las afecciones estéticas relacionadas al funcionamiento del organismo de manera irregular están las nada atractivas várices, que van desde pequeñas “arañitas” hasta voluminosas inflamaciones que pueden ser desde un verde ligero hasta un azul oscuro y profundo; algunas resultan dolorosas e implican un tratamiento invasivo como las cirugías, sin embargo en esta edición nos enfocaremos en las opciones de tratamientos meramente estéticos no invasivos, recomendados para várices ligeras y sin complicaciones médicas profundas.
¿Qué son?
Se trata de dilataciones de los capilares menores y de los vasos superficiales, se disponen generalmente de forma radial alrededor de un núcleo central. Regulamente no causan dolor y son asociadas a las várices, pueden aparecer tanto en las piernas como en el rostro.
Pueden surgir por cuestiones genéticas, un embarazo reciente, un aumento brusco de peso, por permanecer mucho tiempo de pie o sentada, variación en niveles hormonales o bien por la exposición excesiva al sol; la ingesta de ciertos medicamentos e incluso por el estreñimiento, el uso de ropa muy ajustada o de tacones por periodos prolongados.
¿Cómo las elimino?
Láser Vascular. Actúa atravesando la capa superficial de la piel sin dañarla y produce la oclusión aún en los capilares más diminutos.
Escleroterapia. Se inyecta una solución salina en la vena o capilar (no es funcional si los capilares son muy pequeños), puede llegar a ser dolorosa y aún es un procedimiento costoso que debe retomarse cada año para mantener resultados.
Ablación. Se punza la vena varicosa y se introduce un catéter hasta la parte superior de la ingle, por medio de calor sellará y destruirá ese capilar o vena para desaparecerla con el tiempo.
Siempre acude con un especialista para evitar cualquier riesgo en tu salud.
