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noviembre 24, 2024

Trendy

Una noche inolvidable

¿En qué piso está el Morimoto? Pregunté con urgencia al llegar al estacionamiento del hotel Camino Real de Polanco, porque acá entre nos, me venía yo zurrando, sé que suena fuerte pero, ¿pa’ que más que la verdad? Nos había invitado Juan José Origel a cenar a ese restaurante japonés delicioso de donde él lleva las relaciones públicas a todo el elenco de Ventaneando para felicitarnos por los 21 años al aire de nuestro exitosísimo programa del que también él formó parte, lo bueno es que yo llegué con tiempo, a las seis y media cuando la cita era a las 7, así que llegué con un buen tiempo para echar la sagrada caca, me dicen que el restaurante de araña en el tercer piso, así que le metí velocidad.

Al poco tiempo llegó Atala, luego Pati nos dijo que ya estaba en el restaurante, al rato llegó la Choco, también Álvaro, el marido de Pati, e inmediatamente después Pepillo, que como siempre se portó como el mejor anfitrión del mundo.

Nos hemos reído con las anécdotas de cuando él estaba en Ventaneando, de otras que yo le conté y estábamos en plena carcajada cuando de repente nos enteramos que se había muerto Pedrito, o por lo menos que en el tuiter lo habían matado, lo curioso es que él estaba con nosotros, incluso yo dos o tres veces le acerqué la mano a la nariz para ver si sí estaba respirando, pero pues sí, seguía vivo, empezaron a llegar las llamadas a nuestros teléfonos para ver si era verdad la noticia. De inmediato le tomé una foto que pareció de la época renacentista para que lo viesen vivito y coleando, aunque como salió en la foto, parecía que confirmaba el rumor.

Aunque primero Pedrito estaba muy molesto con este rumor, ya luego hasta contento se puso por tantas muestras de cariño. Total que Pedrito se llevó la noche que era de Pepillo, pero si creen que esto se iba a quedar así, están muy equivocados, subió de tono la plática en la cena y Pepillo estaba tan simpático que enderezó el timón. Pasamos una de las noches más divertidas de los últimos tiempos,; yo regresé a mi casa bien comido, bien tomado y bien zurrado, todo por el mismo precio, gratis, gracias a Juan José, pero no tanto como Pedrito que literal, se murió… de la risa.

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