CANCÚN, Q.Roo.- Platicamos con un hombre admirable, quien con base en esfuerzo, dedicación, persistencia y quizás un poco de ayuda que parece divina, logró llegar a la cima y se convierte ya en una gran inspiración para muchas personas, en especial jóvenes, que como en su momento lo tuvo él, sueñan con un negocio exitoso que los libere de la famosa rat race.
Oscar Walls, su nombre lo delata, creó su imperio “Barberías Walls” de la nada, como nacen las grandes industrias… veamos qué fue lo que él hizo.
Nace el sueño
Él creció en Estados Unidos y su infancia fue difícil. Luego de ser descubierto en cosas un poco “malandras”, como él las llama, lo expulsan de la escuela y lo internan en Del Rey Service Center: “Si lo buscas en Google te darás cuenta que es un lugar horrible, donde si pasas de noche te asaltan o te matan”, dijo. Pero tenía que terminar la escuela, pues en EU no es opcional, es obligatorio. En dicha escuela, Oscar se ve en forzado a escoger una profesión: electricidad, mecánica o barbería. Está por demás contarles su decisión.
“Aprendí así en la escuela de barrio, muy fea, y nos ponían una silla a todo sol donde todos los malandros juegan básquet y de ahí les llamábamos, se sentaban y ahí les teníamos que cortar el cabello bañados en sudor. Era asqueroso. Aparte había personas que su pelo es como alfombra y no se bañaban muy seguido y cuando les pasabas la máquina veías hongos o caspa y un olor feo. No, la verdad horrible, pero la profesión me gustó”, reveló.
Camino al crecimiento
Cuando tenía 21 años se mudó a Cancún junto con su familia (padres y hermanos) para iniciar una nueva vida. Al principio y por el negocio que tenía su padre de protección ciclónica, les fue muy bien pero luego comenzó la tragedia, pues Oscar encontró un camino de vida un poco torcido: las drogas. Las cuales casi lo matan a los 22 años.
Intervención divina
Luego de una sobredosis que lo llevó al hospital, Oscar hizo una promesa a Dios que si lo levantaba, él iba a cambiar, y así fue.
Al salir del hospital crea un Centro de Rehabilitación en Cancún que se llama “Los Vencedores”, desde el cual ayudó a muchos jóvenes con adicciones y donde ahí mismo, tras conocer a un conferencista, recibe el primer indicio de lo que hoy se convirtió en un éxito: Walls Barbershop.
Empieza la magia
Tras toda la mala racha que Oscar había atravesado, consigue un empleo de traductor en donde conoce a David Hagan, quien de manera “divina” le cuenta la historia de cuando Dios le pidió a Moisés que libere a su pueblo de Egipto. Cuando Oscar cierra los ojos y reflexiona sobre esto, dijo: “bueno, sé cortar cabello”. Y ahí empieza la magia.
Hoy en día Walls Barbershop es una de las más grandes franquicias en Cancún. Cuenta con 22 sucursales abiertas, de las cuales hay cuatro en Cancún y otras más por la Ciudad de México, Mérida, Playa del Carmen y el norte del país. (Rubén Ríos/QUINTANA ROO HOY)