Cada vez es más reconocido que nuestras creencias o paradigmas determinan nuestra biología, es decir nuestros pensamientos estimulan la secreción de sustancias químicas que tienen influencia directa en las glándulas de nuestro cuerpo secretando hormonas que actúan en las células creando cambios bioquímicos que condicionan nuestra salud o enfermedad.
Se dice que hábitos de pensamiento son hábitos de secreción química.
Se han hecho estudios en él cerebro para observar la influencia que tiene dichos pensamientos en las diferentes áreas, percatándose que los pensamientos según su cualidad positiva o negativa, influencian y estimulan diferentes áreas con la consiguiente producción de diferentes neuropéptidos y neurotransmisores.
Los pensamientos positivos suelen estimular la producción de endorfinas, dopamina, serotonina, llamadas las hormonas felices, que mantienen los estados de ánimo más estables y por lo tanto ayudan en él mantenimientos de una buena salud física y mental y se ha demostrado que también ayudan en la longevidad.
Los pensamientos negativos en cambio estimulan áreas del cerebro que producen sustancias que crean estados de irritabilidad en el cuerpo, depresión ansiedad y angustia.
Es interesante saber que en la sabiduría ancestral como en la medicina tradicional china ya tenían muy claro estos conceptos y que el cuerpo sostenía las emociones implicadas a través de sus canales meridianos de energía correspondientes a cada órgano y víscera.
Es decir que ellos sabían que al órgano enfermo le correspondía una emoción, una creencia, un pensamiento, que como una energía estaba siendo bloqueada obstruyendo el flujo normal del canal meridiano y por ende el bloqueo se traducía en enfermedad.
La medicina china habla que la enfermedad es un bloqueo en el flujo de las energías y estas se traducen en pensamientos, emociones y creencias que repercuten directamente en el cuerpo.
Por ejemplo el miedo se correlaciona con la energía del riñón, la frustración, irá, enojo con la energía del hígado, el exceso de reflexión que se transforma en obsesión corresponde al bazo. Y estos órganos enfermaran y sus canales meridianos se encontraran bloqueados debido a estas emociones derivadas de pensamientos y creencias.
Realmente el pensamiento es una energía muy poderosa que incide en la materia creando cambios mensurables. Por lo tanto es imprescindible que empecemos a trabajar en la autobservacion consciente de nuestros pensamientos y creencias y empecemos a cambiar la forma en que vemos la vida y a nosotros mismos porque de eso dependerá gran parte de nuestra salud o enfermedad.