El Castillo de Chapultepec, hoy es sede del Museo Nacional de Historia, es una construcción de finales del periodo virreinal (1785-1787) diseñada como casa de descanso por órdenes del Virrey de la Nueva España Bernardo de Gálvez. Sin embargo, el edificio se ha modificado de acuerdo con sus usos y funciones a través del tiempo; fue sede del Colegio Militar y escenario de la heroica batalla efectuada en 1847 contra el ejército invasor de los Estados Unidos de Norteamérica.
Durante el Segundo Imperio Mexicano (1864-1867) fue habilitado como palacio imperial por Maximiliano y Carlota. Restablecida la República en 1872 el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, mediante decreto, destinó el edificio para residencia presidencial.
El presidente Porfirio Díaz lo habitó en temporadas cortas por más de 30 años.
Ya en el siglo XX, fue ocupado por los mandatarios emanados de la Revolución Mexicana: Francisco I Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Alberto Rodríguez.
En 1932 se le dio el carácter de monumento histórico, patrimonio nacional.
Finalmente fue el general Lázaro Cárdenas, quien en 1939, mediante decreto presidencial, destinó el Castillo de Chapultepec para que funcionara como museo. Abrió sus puertas con ese ultimo destino en septiembre de 1944.
En la actualidad el museo cuenta con dos áreas de exhibición: el antiguo Colegio Militar y el Alcázar.
En la primera se muestran objetos e imágenes que nos hablan de hombres y mujeres de toda edad y condición, quienes a través del tiempo han ido construyendo los destinos de nuestra nación. En algunas de sus salas y otros espacios pueden admirarse obras de pintura mural realizadas por destacados artistas entre los años 1933 y 1970; sobresalen La fusión de dos culturas y la Constitución de 1917, de Jorge González Camarena; El Retablo de la Independencia, El feudalismo porfirista y Sufragio Efectivo, no Reelección de Juan O’ Gorman; La Reforma y La caída del Imperio, de José Clemente Orozco, y Del Porfirismo a la Revolución, de David Alfaro Siqueiros.
La segunda parte, conocida como Alcázar, ambienta sus espacios con muebles, enseres domésticos, joyas, pinturas y diversos objetos relacionados principalmente con la época en que lo habitaron los emperadores Maximiliano y Carlota, así como con muebles, pinturas y diversos objetos vinculados con el presidente Porfirio Díaz Mori y su esposa Carmen Romero Rubio. Además se encuentra la sala de la Batalla de Chapultepec, el Caballero Alto y los jardines, que respetan el diseño que debieron tener en el decenio de 1864-1874.
Si visitas la Ciudad de México no dejes de ir. Hasta el próximo domingo.