Tremendo pachangón que se armó el fin de semana con el bautizo de Michaela, la hija de mi querido Bisogno. La fiesta fue aquí en casa y mis compadres le hablaron a la prestigiosa chef mexicana Mónica Patiño para agasajar a los más de 100 invitados que nos reunimos para celebrar el bautizo y primer añito de mi ahijada.
Mi comadre Cristina fue la encargada de organizar todos los detalles. La semana pasada vino a checar algo de las mesas y aprovecharnos para degustar un vino verde que iban a dar en la fiesta. La secuestramos en el bar y ya no supe de qué tanto hablamos. Más tarde llegó mi compadre Bisogno y por más que nos preguntó, no supimos darle detalle. La cruda me duró tres días, pero lo bailado nadie me lo quita.
El sábado fue el bautizo y el domingo nos fuimos al teatro. En nuestra mesa también estaban mis apreciados compadres Don Miguel Cantón y Almita. Además de echar el chal a gusto, estuvieron muy cariñosos con la Rafaella. Que por suerte, me salió cariñosa y sociable. Cosa que agradezco, pues nosotros somos muy amigueros. Ya entrados en la fiesta, armamos una buena banda para ir al Tenorio al día siguiente y así fue como le caímos a Bisogno en El Tenorio Cómico el domingo.
Me dijo: “ Ya toda la compañía está avisada que vienes con Luz Elena y con Miguel Cantón y Almita, así que nos vamos a descoser en groserías para que se rían bastante”. A mí se me pasó decirle que íbamos también con los niños.
Aprovechamos el intermedio para cantarle las Mañanitas a nuestra ahijada Michaela. Mi compadre Bisogno la armó de tos, pues Lore, una de las bailarinas, también partió su pastelito de cumple y Daniel pensó que era el pastel que nosotros le habíamos llevado a Michaela. ¡Qué barbaridad!
Lo bueno es que el Tenorio es una verdadera familia, así que al final, todos compartimos los tres pasteles.
¡A gozar que el mundo se va a acabar! La Michaela está hermosa y creciendo rodeada de amor. Ya es hija de Dios y todos en esta familia la celebramos. Adiós cuernitos.
